Hoy, la red de Key Biscayne suma 25 locales y un paso de crecimiento de dos aperturas por año, aunque hay un plan más dinámico para extenderse a países vecinos también.
A Cuño es difícil encontrarlo en su oficina, porque le gusta recorrer toda la empresa “molestando”, buscando cómo mejorar, subiendo la vara de todo su equipo. Además, con su banda de rock Los Echeverría se da el gusto de tocar en Cosquín Rock de tanto en tanto y como instructor de El Arte de Vivir ha hecho de la meditación una práctica indispensable en su rutina.
Con líneas de indumentaria para distintas ocasiones, Key Biscayne es una marca que convoca a hombres de variados perfiles. Así lo explica uno de sus creadores en este mano a mano con IN Semanal.
¿Qué es hoy Key Biscayne como marca y como empresa?
Key Biscayne es una compañía que tiene dentro de una marca varias sublíneas que podrían diferenciarse en marcas. Tenemos una marca de ropa muy elegante (Blue Level) que podría ser un local y tener esa colección en un local, hay marcas que funcionan así; luego tenemos una línea Urbano, otra de Denim (jeans) y ahora estamos lanzando en la próxima temporada una línea sport, que es una línea de moda de deporte y que se va a distribuir en las casas más representativas y de moda de la argentina, además nuestros locales, claro. Se va a llamar Key 70 Sport. Cada una de esas líneas se puede vender por sí sola.
En el proceso de elaboración de la indumentaria, ¿qué es lo que hacen ustedes?
Tenemos equipo de diseño interno, tenemos producción interna y externa. Producimos aquí el 80% e importamos 20%. Calculo que vamos a mutar a 60 y 40% porque vamos a ir a otros países del mundo, México, Chile, Perú, con socios estratégicos, para el 2019 o 2020. Entonces, necesariamente, vamos a producir más afuera porque exportar desde Argentina es difícil.
¿Tienen locales propios o franquicias?
Tenemos 18 locales propios y 7 franquicias, también tenemos cuentas multimarcas. El plan de trabajo es abrir 2 franquicias por año.
¿Aperturas propias o franquiciadas?
Calculo que vamos a seguir en esa proporción: armamos locales propios y franquiciados, en un esquema mixto y muchas veces funcionamos como una asociación entre la fábrica y el franquiciado. Tenemos a todo nuestro equipo de capacitación y trabajamos como si fuera un local propio. O sea mutamos el concepto de franquicia.
¿En qué ciudades están además de Buenos Aires?
Estamos en Córdoba, Neuquén, Salta, San Juan, Rosario, Mar del Plata, estamos abriendo en Santa Fé, en Tucumán y Jujuy que abrimos noviembre.
¿En qué cantidad de prendas ronda la producción anual?
Vendemos unas 200.000 prendas por temporada.
¿Está bien así o querés producir más?
Queremos crecer ordenadamente. Podríamos tener el doble de locales que tenemos, pero queremos crecer con pasos sólidos para que podamos ser eficientes, que la marca esté madura para estar en cada lugar y no estar porque sí.
¿Qué rango de facturación tiene la empresa?
Está entre los $ 500 y 600 millones.
¿Te mirás en determinado ámbito de competidores?
Hace poco IRSA (administradora de shoppings) nos llevó a una capacitación donde nos decían que cualquier marca de cualquier rubro en un shopping es un competidor. Entonces son todos y no es ninguno específico a la vez. Con otras propuestas de indumentaria -y hay muchas excelentes- nos diferenciamos porque quizás apuntan a un determinado segmento o estilo en el que nosotros estamos y también tenemos otros. En Key Biscayne logramos que el hombre venga y se vista 360: para el casamiento, para ir al country el fin de semana, para trabajar.
¿Qué es lo que más hacés en la organización?
Molestar (risas). En serio: yo siento que coopero pero molesto también, porque voy al lugar a donde duele y digo esto no está bien. Key Biscayne es hoy -gracias a Dios- una marca exitosa, pero yo estoy mirando todo el tiempo lo que hay que corregir y con mi socio estamos marcando siempre eso. Tenemos el concepto de mejora continua y en eso estoy yo: cómo proponer mejor, cómo comunicar mejor, cómo generar mejores equipos de trabajo, cómo voy a entender mejor al cliente, cómo le voy a dar más.
¿Tenés un lugar físico para trabajar?
No, no puedo estar en un lugar fijo; tengo una oficina pero no la uso. Yo me analicé (en terapia) mucho tiempo y mi trabajo hoy en la compañía es analizar cómo podemos hacer las cosas mejor.
¿Cuáles son tus inputs para determinar eso?
Primero el equipo que tengo. Desde la gente que tengo en el área comercial llegan informes constantes y estadísticas de lo que está pasando y, por supuesto, encuestas. Y luego yo salgo a la cancha a ver lo qué pasa: viajo, entro a los locales, estoy todo el tiempo investigando.
¿Te organizás con una agenda semanal?
Soy muy improvisado y hoy estoy trabajando mucho en la organización. Yo soy muy intuitivo y siempre me manejé mucho así, pero ahora aprendí que para poder hacer mejor mi trabajo y poder dar más de mí, tengo que trabajar en la organización. Estoy trabajando con un coach personal, hicimos un trabajo hace seis meses en toda la compañía y me pareció tan bueno que comencé a capacitarme yo.
¿Seguís meditando? ¿Sos instructor de El Arte de Vivir, verdad?
Sí, sigo meditando, no podría haber hecho nada de lo que hice sin eso. Medito todos los días, dos veces por día. Y doy cursos también. Eso a mí me ayudó mucho a hacer campañas, ganamos premios internacionales. La meditación fue una herramienta de Key Biscayne.
¿En los números estás vos o tu socio?
Mi socio es el que está en la parte logística y administrativa, pero yo hago las negociaciones de la compañía: conozco los presupuestos. Hoy me parece que tenés que tener un mirada 360 y saber dónde está parada la empresa
El textil es un rubro que ha tenido y tiene muchas bajas…
Nosotros estamos hace 30 años en el mercado. Eso es fruto de ser muy conservadores. Elegimos crecer como si fuera una escalera con descansos y así vamos dando pasos lentos. Priorizo llegar a la cama y descansar. Para mi cuando los proyectos superan lo que podés abarcar, comenzás a no poder dormir, se te cae el pelo (risas). Además veo que la gente que hace más de lo que puede la pasa mal y yo priorizo pasarla bien, levantarme, disfrutar del día, más allá de los negocios. Deporte, la música (tiene una banda) y mis amigos.
¿Cómo ves el tema del precio de la indumentaria en Argentina?
Yo me involucré mucho en eso. Incluso tuve reuniones con Cabrera para preguntarles si va a haber reformas laboral e impositiva, sino es imposible que seamos competitivos. Tenemos que hacer una reforma impositiva, es carísima la Argentina, los juicios laborales tremendos, hoy una persona que estuvo un mes te hace un juicio porque no quiere trabajar. Yo quiero un país de gente que quiera trabajar, progresar, tenemos un chico en ventas acá en Córdoba que hace siete años que está y me decían que se compró su casa, esas cosas son las que me encantan. Pasa que hoy hay una cultura del no trabajo, y eso me da mucha tristeza. Yo comencé de nada, yo tuve que ayudar en mi casa desde los 16 años, pagar la hipoteca, el teléfono de mi viejo. Yo crecí en la Argentina y la amo, pero tenemos que volver a esa Argentina de la cultura del trabajo, de saber que las cosas son de a poco, y darles las herramientas por supuesto.