El Grupo Taranto, reconocido en la industria automotriz por fabricar juntas, retenes y piezas de motor, hace más de una década decidió diversificar su estructura productiva hacia el sector agroindustrial. Así nació Agrícola Taranto, la división con base en San Juan que hoy se dedica exclusivamente a la elaboración y exportación de pasas de uva premium.
Ubicada en el departamento de San Martín, Agrícola Taranto cuenta con tres fincas (dos en San Martín y una en Caucete), un total de 210 hectáreas plantadas y una planta de procesamiento de 900 m2. Allí trabajan 13 personas en el área de producción y calidad, mientras que en el campo son 48 empleados con basta experiencia técnica en viticultura y procesos de secado.
Agrícola Taranto comenzó con uva para consumo fresco y en 2008 concretó la reconversión total al negocio de la pasa. Hoy cultivan variedades Fiesta y Selma (rubias, tipo Thompson) y Flame y Airén (morenas), seleccionadas por su rendimiento y calidad visual. “Apuntamos a los mercados que nos exigen más, porque son los que nos obligan a mejorar”, resume Lucas Montilla, gerente de la división.
Durante 2024 la empresa produjo 1.270.000 kilos de pasas. Para este año se proyectaba superar los 1.300.000 kilos, pero un fenómeno climático afectó parte de la cosecha. En el mercado local solo abastecen a Arcor, con entre 300 y 350 toneladas anuales, mientras que el resto —alrededor del 75%— se destina íntegramente a exportación.
El foco está puesto en destinos donde la pasa es un producto final y visible, como Estados Unidos, Alemania y Países Bajos, donde se comercializa como snack o se mezcla en blends de frutos secos. En esos países los compradores demandan uniformidad, color y textura perfectos, lo que obliga a sostener un estándar “premium” en todo el proceso. Por el contrario, mercados de menor valor como Brasil o Centroamérica, que utilizan la pasa en panificación y confitería, no forman parte del eje estratégico de la compañía por su menor exigencia y precio.
El kilo de pasa de uva cotiza en torno a los US$ 2,50, varía según destino y calidad. El escenario actual favorece a productores como Taranto: la menor oferta de Turquía —principal abastecedor mundial junto con China— abrió espacio para nuevos proveedores, permitiendo que mercados como el argentino ganen participación y mejores precios internacionales.
La división cerró el año pasado con una facturación de US$ 2,6 millones y espera superar esa cifra en 2025. “El contexto internacional nos favoreció y los precios se sostienen. Si el clima acompaña, estimamos mejorar volumen y rentabilidad”, apunta Montilla.
El principal desafío sigue siendo el agua: San Juan atraviesa un ciclo de sequía prolongado que limita la expansión. “Tenemos una capacidad productiva de 400 hectáreas, pero el agua es nuestra variable más crítica”, advierte el gerente.
Con una lógica de eficiencia heredada del ADN industrial del grupo, Agrícola Taranto se consolidó como un actor exportador especializado en pasas premium, donde cada kilo producido en el desierto sanjuanino traduce el mismo rigor técnico con el que la empresa nació: la precisión de una autopartista aplicada a la vid.