En el mundo, existen varios países, principalmente asiáticos, como China o Corea del Norte, donde la Navidad no forma parte de sus tradiciones religiosas. Uruguay se sumó a esta lista al adoptar una postura completamente laica. Gabriela Mordecki, economista e investigadora en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República Oriental de Uruguay, explica que este cambio tiene raíces profundas en las luchas políticas e ideológicas que marcaron la historia de Uruguay: “El cambio en los nombres de las festividades tiene que ver con un proceso histórico, que viene de un conflicto entre la Iglesia Católica y los grupos laicos, particularmente influenciados por la masonería, que se remonta al siglo XIX”, señala Mordecki.
Este proceso se intensificó con la Reforma de la Educación en 1876, promovida por José Pedro Varela, quien implementó la educación pública, gratuita y laica, sentando las bases de la separación entre Iglesia y Estado. “En el siglo XX, figuras como José Battle y Ordóñez, un presidente anticlerical, también promovieron este alejamiento, cambiando incluso el nombre de algunas festividades religiosas a nombres más neutros”, añade la economista.
¿Qué otras festividades religiosas “no existen” en Uruguay?
Además de la Navidad, Uruguay modificó otras tres fechas religiosas en su calendario, adaptándolas por ley y desvinculándolas de las tradiciones religiosas originales:
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Día de Reyes: transformado en el Día de los Niños.
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Semana Santa: renombrada como Semana de Turismo.
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Día de la Virgen: ahora conocido como el Día de las Playas.
Actualmente, la Navidad, tal como se conoce y se celebra en el resto del mundo, se conmemora en Uruguay bajo el nombre de Día de la Familia. Aunque la ley no la reconoce, las tradiciones navideñas siguen vivas en los hogares, con decoraciones, regalos y reuniones familiares centradas en la unión, sin tener una relación directa con la Iglesia. Gabriela explica que, en la práctica, “el día de Navidad sigue siendo celebrado por muchas familias, con tradiciones como decorar el árbol de Navidad, el pesebre y reunirse para compartir una comida”.
¿Cómo impacta en la economía uruguaya esta festividad?
El impacto de estas fechas en la economía uruguaya es significativo. “A pesar de la secularización, las festividades como la Navidad siguen teniendo un impacto importante en el comercio, similar a lo que ocurre en otros países”, explica la economista. De hecho, las compras de regalos para las festividades de fin de año representan un pico en el consumo, ayudando al comercio a paliar el bajo dinamismo del resto del año.
Uruguay, además, se ve influenciado por los cambios en los hábitos de consumo globales. Con el auge del comercio electrónico y eventos como el Black Friday, las compras navideñas se transformaron, impulsadas por descuentos, ofertas y un aguinaldo que se cobra en dos partes (en junio y diciembre), lo que aumenta el poder adquisitivo de las familias a fines de año. “El Black Friday y otros descuentos, como el descuento del IVA o por pagar con una tarjeta de crédito en especial, son una forma de atraer al consumidor, y muchos uruguayos se han acostumbrado a comprar en línea, lo cual es una tendencia creciente en la región”, afirma Mordecki.
Más allá de las leyes, la esencia de la Navidad como símbolo de unión y celebración se sigue celebrando en las familias uruguayas.