A la hora darse de alta en Ecogas como cliente nuevo (pidiendo el medidor) pueden darse dos situaciones que influyen en la complejidad del trámite. Si la casa está en obra, resulta ser más fácil. Y esto es porque la obra prevé las últimas resoluciones de la NAG 200, que es el conjunto de disposiciones y normas para la ejecución de instalaciones domiciliarias de gas en la República Argentina.
El problema son aquellas propiedades (como la mía) en las que la instalación viene funcionando desde hace años con gas envasado. Y ahí, adecuarse a los requerimientos depende, por un lado de la experiencia y predisposición del gasista matriculado y por el otro de la mirada (y de la consiguiente interpretación, claro) del inspector de Ecogas.
El trámite llevó más de 6 meses (cuarentena de por medio). La primera parte fue bastante dinámica (aunque demoró casi un mes) ya que el pedido de factibilidad lo hace el gasista matriculado a través de la página web de la repartición.
La empresa antes de conectar el usuario a la red, realiza sí o sí dos inspecciones: la parcial y la final. Aquellos domicilios que cuentan con la instalación previamente aprobada por alguna empresa auditora de seguridad (en Córdoba hay dos conocidas) tienen la ventaja de que no deben descubrir las cañerías cuando Ecogas va a supervisar pero, en contrapartida, a veces se llevan la sorpresa de que tienen cosas aprobadas que hoy Ecogas no les acepta (y por ende, se deben reformar).
Muchos gasistas sostienen que hay veces en las que un cliente contrata a un matriculado para pedir un medidor y este tiene 3 días de trabajo nomás y luego 3 meses de papelería, porque la empresa está constantemente pidiendo cosas nuevas. “El cliente es el que más problemas tiene”, aclaran.
En mi trámite pude distinguir diferentes criterios según el inspector que venía a revisar mi casa (que llevaban a múltiples correcciones, las cuales no fueron señaladas todas en una sola instancia) y la inexistencia de canales para que yo, como futuro cliente pudiera reclamar (solo el gasista tiene posibilidad de consultar, seguir el trámite o apelar).
Fue sin dudas un caso complejo al que no le faltó nada: una consulta previa del gasista en la empresa para ver si eran viables modificaciones en mi domicilio (las cuales tuvieron el visto bueno y luego de realizadas fueron rechazadas en la primera visita), 3 inspecciones parciales, un rechazo administrativo en la instancia final porque a un artefacto le faltaba el número de serie (al ser importado) hasta el pedido de la factura del mismo (requerimiento que no figura en la norma). El trámite terminó con la injerencia de un ejecutivo de cuentas y documentación anexa para validar el artefacto. Intervinieron en el proceso 4 inspectores diferentes y un ejecutivo de cuentas.
“La norma es muy vieja y si bien va añadiendo resoluciones, hay puntos que por ahí tienen algún vacío y sobre ellos no hay un criterio unificado de los inspectores, uno te rechaza una cosa, luego va un segundo y objeta otra, para que finalmente un tercero te diga que esos cambios no hacían falta” ejemplifica un matriculado. Y es para no entrar en reclamos eternos que los profesionales acceden a las modificaciones con tal de terminar el trabajo.
Además el inspector (que tiene un gran conocimiento técnico) no es siempre el mismo (se le asignan las zonas aleatoriamente por sistema), es decir que al no haber una sola persona que siga todo el proceso, cuando hay rechazos un cliente puede pasar varias inspecciones hasta poder concluir el circuito.
Otros matriculados se quejan del escueto horario de consulta que brinda la empresa (antes de la cuarentena, claro). “Si tenés una inspección y no podés asistir a la consulta, hay que aguardar hasta el próximo horario y cuando vas hay muchísimas personas esperando; lo más eficiente es el correo electrónico porque es raro que te atiendan por teléfono o respondan mensajes”, manifiesta uno de ellos.
La Asociación de Gasistas y Sanitaristas de Córdoba, por su parte, trata de ayudar a los colegas utilizando la experiencia de sus integrantes y la llegada a ciertos sectores de Ecogas, por eso cuando surge un caso complicado, intentan gestionar para solucionarlo a la brevedad.
Fuentes cercanas a la entidad comentan que los casos engorrosos son puntuales y que no hay burocracia. “Los gasistas contamos en Ecogas con un ejecutivo de cuentas que es quien nos ayuda a solucionar los problemas”, explican. Vale aclarar que para esa tarea, Ecogas cuenta solo con dos personas.
Al respecto destacan que Ecogas es una compañía que vela por la seguridad del usuario y que por ello las inspecciones son muy rigurosas y acorde al reglamento. “Todos los que firmamos una obra somos responsables por diez años de la instalación. Mal haríamos de hacer algo en desmedro a nuestra responsabilidad civil y penal. Gasista, inspector, empresa; todos pagamos las vidas o accidentes”, afirma un matriculado.