La enfermedad celíaca se caracteriza por la intolerancia al gluten, presente principalmente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno. En Argentina, el 80% de los alimentos procesados industrialmente contienen gluten. Incluso aquellos que no lo contienen pueden tener contacto con él en algún momento de su elaboración. Por ello, los productos deben tener en sus envases o envoltorios la leyenda “Libre de gluten” y el logo “Sin TACC”.
Cada vez existen más alimentos para celíacos pero las diferencias de precios son notables. Los alimentos libres de gluten que están dentro de la canasta básica son un 46% más caros que los productos comunes.
Paseando por las góndolas, puede observarse que un paquete de fideos tradicionales de 500 gramos cuestan alrededor de los $20, mientras que los Sin Tacc llegan a los $90; las galletas tienen una diferencia de $10 contra $48 y el pan lactal tradicional ronda en los $40, mientras que el apto para celíacos cuesta entre $110 y $150, entre otros. Pero… ¿a qué se debe esta diferencia? ¿Por qué llegan a costar hasta 5 veces más?
“Los costos de materias primas e insumos son más elevados. Al poder trabajar solo con proveedores con certificación, las alternativas son pocas. Los procesos productivos son más ineficientes, es decir, al no tener liga por la falta de gluten hace que la masa a trabajar sea más compleja. En la mayoría de los casos implica adaptación de la maquinaria para que responda correctamente. La diferencia está también que para manipular una masa tradicional se involucra a una sola persona, y en el mundo del “sin gluten” se necesitan por lo menos 2 o 3. Además, son más caros, porque es difícil lograr economías de escala, ya que si bien la demanda sin gluten crece día a día, no deja de ser menor. Sin mencionar que los insumos son importados, por ende están cotizados en dólar”, detalla Florencia Marcantonelli, dueña de Dimax, fábrica de alimentos libres de gluten.
Desde otra perspectiva, Romina Carando, de la Asociación de Celíacos (delegación Córdoba) analiza: “la ley Nº 26.588, que se reglamentó en 2011 estableció la obligatoriedad de que las obras sociales le reconozcan a los pacientes diagnosticados un monto determinado de dinero por la compra de productos sin gluten. En la última actualización corresponde a $579,26, que si bien ayuda, no alcanza realmente para lo que necesita una persona celíaca”.
Ver también: Ma Market, el primer súper vegano, se consolida en el mercado (85% de sus clientes no son veganos)
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Salir a comer siendo celíaco
Comer afuera suele ser un placer que cada tanto la gente elige darse. Ya sea con la pareja, familia o amigos. Sin embargo, existen grandes problemas para encontrar lugares que vendan productos y menúes libres de gluten.
Lucas, celíaco de hace más de 15 años, comenta que “el problema más común es la contaminación cruzada. Quizás podés comer un bife con ensalada, pero resulta que en esa misma cocina utilizan los mismos utensilios para manipular una pizza. Entonces hay que asegurarse que tengan todos los cuidados para que no se contamine nada. Además, existe mucha desinformación por parte de los comerciantes y sus mozos. Hay personas que desconocen totalmente esta patología. Sin embargo, hay más variedad que hace un tiempo atrás”.
Al respecto, Florencia Marcantonelli, que desde hace 10 años creó Dimax tras ver una necesidad para los celíacos, apunta que hace muy poquito tiempo los dueños de locales comenzaron a tener conciencia de que era necesario tener una opción para celíacos. Y eso es muy lindo y gratificante. Por un lado, se debe a que hoy los interesados en alternativas sin gluten son personas celiacas y también personas que eligen esta dieta saludable por los beneficios que le aporta a su calidad de vida y rendimiento deportivo, lo que hace al rubro más interesante para los comercios. Esto es el resultado de un trabajo de años de las asociaciones y de los celíacos que se animaron a transmitir sus necesidades en bares, almacenes, dietéticas, etc.”.
En esa línea, tal como establece la ley, los restaurantes deben tener al menos un menú apto para celíacos pero no se prevén sanciones si no se cumple. “Es por eso que desde la asociación de celíacos invitamos todos los segundos sábados al mes, no solo a personas diagnosticadas, sino también a dueños de comercios para que estén al tanto de qué se trata, cuáles son los cuidados necesarios pero además, para que la persona celíaca no se siente excluida”, finaliza Romina Carando.