Conduciendo (y alimentando) al Costa Victoria y sus 3.000 personas a bordo.
(IB) Un día brillante nos acompañó en nuestro camino a Punta del Este, el destino donde arribaremos mañana (por hoy) al mediodía: entre 23 y 27 grados, un viento agradable para no sentir tanto el sol y apenas una marejadilla en las aguas del Atlántico. Mientras algunos bailaban y cantaban junto a las piscinas, otros consumían las páginas de sus libros sin prisa ni pausa, jugaban ping pong, metegol, bingo y otros tantos juegos y entretenimientos que se pueden realizar a bordo. A las 17.30, una charla del capitán Massimo Penissi me interesó (y no sólo a mí, a más de 500 pasajeros también que colmaron el auditorio mayor para escuchar detalles técnicos del Costa Victoria).
Italiano y divertido, el comandante nos explicó lo delicado que es mover las 75.000 toneladas de este crucero con los 80.000 caballos de potencia que salen de sus dos hélices principales y las otras 5 secundarias.
La generación eléctrica que produce y abastece el Costa Victoria (unos 30.000 Kw) alcanzarían para el consumo de unas 20.000 viviendas y 100.000 habitantes y los 800.000 litros de agua potable que se consumen a diario es tomada del mar y procesada vía ósmosis inversa (evaporación previa, posterior condensación e incorporación de las sales minerales y el cloro indispensable para su potabilización). (Más sobre cómo se maneja y alimenta a uno de estos hoteles flotantes en nota completa).
- El Costa Victoria con sus 75.000 toneladas puede llevar a 2.400 pasajeros y 700 tripulantes; en una semana consumen 14.000 kilos de frutas y verduras, 3.500 botellas de cerveza y 750 kilómetros de papel higiénico. El personal puede estar 4, 7 ú 8 meses a bordo, según el contrato.
- La hélice (y el Costa Victoria tiene dos) es la pieza única más cara del barco y en este caso es de "paso variable", lo que quiere decir que no hace falta detener el avance en un sentido y ponerlo en reversa para frenar el barco, un proceso que demoraría entre 5 y 7 minutos y 2 kilómetros de recorrido desde la orden inicial. Al ser de "paso variable", las hélices pueden cambiar el ángulo de sus paletas y detener el barco en sólo 500 metros (nada mal para un crucero que mide 250 metros de largo).
- Para suavizar los movimientos laterales del barco en situaciones de mar movido (el "roleo" del barco), tienen 4 paletas laterales -dos de cada lado- de 6 metros de largo. Pero cuando los movimientos son mayores y el barco se mueve con "cabeceo" (entra una ola por debajo y el casco golpea luego en el agua), sólo hay una solución: "las pastillitas que dan en el quinto piso", explica entre risas el comandante Penissi.