Pasteurar es una máquina integral que no sólo podría contribuir a la seguridad alimentaria. También podría favorecer el desarrollo de las economías locales y facilitar la integración de zonas subdesarrolladas a la actividad productiva.
La idea de desarrollar un equipo acorde para que pequeños productores puedan producir y comercializar productos con valor agregado y, sobre todo, seguros para el consumo, explican los jóvenes inventores.
Si bien hasta el momento existen en el mercado distintas máquinas que ordeñan, pasteurizan y desnatan, todas lo hacen por separado. Esta sería la primera máquina capaz de integrar todas esas funciones en un solo equipo, lo que permitiría a los pequeños productores acceder a esas tecnologías e incrementar el valor agregado de su producción.
“Este primer prototipo va a estar compuesto por dos cubas de acero inoxidable donde se produce la pasteurización. De esta forma, vamos a poder contemplar cómo funciona esta etapa, el desnatado y toda la parte electrónica”, explicó Mendiara, que además aclaró que la parte de ordeñe será considerada más adelante, una vez superadas estas primeras pruebas.
Una inversión fácilmente amortizable
Aunque no hay números concretos del costo de esta máquina, datos del mercado lo determinan en alrededor de $ 40.000. Así las cosas, un tambo chico (de entre 30 vacas y 35 vacas) produce a diario 1.000 litros de leche en la cuenca de Villa María, lo que a precios actuales genera ingresos por $ 2.000. Descontado los gastos, unos $ 1.500 diarios, resulta que la máquina se amortiza en unos 3 meses, aun haciendo el flujo de fondos con los precios de la leche cruda.
Invento cordobés para terminar con el “choreo” de los súper (los tamberos, chochos)
El desarrollo de una máquina que ordeña, pasteuriza y envasa leche bovina y/o caprina a baja escala puede ser la solución para el problema que describió la semana pasada el ministro de Agricultura de la Nación, Norberto Yauhar, quien aseguró que los supermercados se quedan con más ganancias que los productores y la industria láctea juntos.
Gonzalo Mendiara, diseñador industrial, y Adrián Venturucci, licenciado en Comercio Internacional, creadores del proyecto, explicaron a InfoNegocios de qué se trata.
“Uno de los principales beneficios es que reduce la cadena de intermediarios: al ordeñar, pasteurizar la leche y desnatarla en forma integral, se puede producir tanto crema como leche descremada; dos de los productos de mayor valor agregado en la góndola láctea. Después, el productor puede comercializarlos directamente o a través de pequeñas cooperativas o del municipio en los puntos de venta, suprimiendo la cantidad de intermediarios dentro de la cadena de comercialización”, contó Mendiara.
Esto generaría, al menos, dos impactos socio-económicos positivos: por un lado, el aumento de los ingresos para el productor, posibilitando la reinversión; y por otro lado, la disminución del costo por litro para los consumidores.
Las máquinas pueden procesar hasta 30 litros de leche cada 40 minutos -es decir que por día el proceso podría realizarse unas 36 veces- y según una estimación de este medio la inversión se puede amortizar entre 3 y 6 meses en un tambo chico.