Desde lo estratégico, no es importante cuál sea el motivo que impulsa a un inversor a comprar o vender en el mercado, en definitiva, debemos saber que no existe método que me asegure el éxito de mi decisión y por consiguiente, de mi inversión. Sin embargo, sí resulta fundamental que al ingresar al mercado, tenga claro, de antemano, cuál será el potencial de rendimiento a recibir y de igual modo, saber cuál es el riesgo que debo correr para aprovechar dicha “oportunidad de mercado”.
Es en este aspecto, el inversor debe familiarizarse con tres términos claves: “Timing Operativo”, “Objetivo de Toma de Ganancia” y “Stop Loss”:
El Timing Operativo está relacionado con saber identificar cuándo es el mejor momento para ingresar al mercado. Existen muchas herramientas de análisis que nos acercan a este Timing Operativo que seguramente serán motivo de otra columna.
El Objetivo de Toma de Ganancia representa el valor donde tomaré utilidades de mi posición, obteniendo así, los retornos previamente estipulados en mi estrategia.
En tanto, el Stop Loss representa el valor donde reconoceré que mi decisión de inversión fue incorrecta y por lo tanto, saldré a tomar la pérdida, limitando así mi riesgo, según lo estipulado previamente en mi estrategia.
Es posible entonces que mi decisión de invertir en un activo determinado sea correcta o incorrecta, sólo el tiempo me lo sabrá decir. Sin embargo, si trabajamos con disciplina y preestablecemos una estrategia que nos permita liberarnos del riesgos emocional y gestionar nuestro capital, entonces seguramente que haremos de este mundo de las inversiones, un negocio sustentable en el tiempo.
Invierta sin convertirse en el “Oso Idiota”
En relación a lo comentado más arriba, la sugerencia es clara:
Si usted identifica una oportunidad de inversión, entonces utilice la primera letra de la palabra “oso”: Opérela (invierta).
Si su decisión no fue correcta y alcanza los límites de pérdida preestablecidos, entonces utilice la segunda letra de la palabra “oso”: Stop Loss (limite la pérdida y cierre la posición).
Una vez asumida la pérdida preestablecida, utilice la tercera letra de la palabra “oso”: Olvide (la inversión salió más y ahora debe concentrar la atención en la próxima oportunidad).
Dice la moraleja: quien no cumpla con estos pasos en su inversión ante una mala decisión y termine alterando la estrategia preestablecida, elevará el riesgo en la gestión de su dinero y como consecuencia se transformará en un “idiota”.