Aunque hace unas semanas que empezó a operar, anoche se presentó en sociedad este espacio que busca amenizar comida simple, casera, abundante en un espacio para padres con hijos chicos e hijos con padres grandes, como explica David Valle, uno de sus socios.
Con espacio para 160 sillas en Tejeda y José Gigena, La Sifonda no es un lugar pretencioso, aunque en su layout se ve la mano de Pablo de la Torre, el arquitecto que firma casi todos los proyectos “con onda” de la ciudad.
El “trago” que invita a abrir la mesa es un vermú Cinzano con hielo y soda y una “batería” (o picada), para pasar luego a una costeleta con papas… ¿no es eso la felicidad?
Conscientes que la gastronomía es un negocio de detalles, los dueños de La Sifonda tienen protocolos para costear cada plato, un buen manual de recursos humanos y otro de franquicias, porque el formato está pensado para crecer de esa manera, luego de un par de locales propios (próxima parada: Paseo Rivera Indarte).
“En nuestra experiencia en el rubro, notamos que al cordobés le gusta comer de forma abundante, pagar un precio justo y ser atendido como si fuera parte de la familia. Este es el espíritu que tratamos de contagiar en La Sifonda”, resume David.