Rubén Ullúa.
Las principales bolsas del mundo han alcanzado hacia fines del año 2007, puntualmente hacia octubre de ese año, un techo de singular importancia, habilitando desde entonces el profundo bear market de los últimos 16 meses. Sin embargo, lo más importante de este mercado bajista observado, y sufrido en algunos casos, es que no sólo afectó al mercado bursátil sino que a un global de los activos financieros. En efecto, la baja de la bolsa ha ido acompañada de baja de commodities granarios y de energía y también de importantes devaluaciones de las principales monedas del mundo y de la región frente al dólar estadounidense. Esta situación generó una pérdida de capital muy importante para los inversores del mundo, dejando a una gran mayoría de ellos fuera del mercado y a otro tanto los obligó a buscar activos que se muevan de manera contracíclica al mercado en general, registrando aumentos en sus precios, sino que actúen de refugio simplemente y permitan mantener el capital. Sin embargo, no han sido mucho los activos que permitieron cumplir el cometido, principalmente el resguardo de capital por parte de los inversores ha sido el posicionamiento en dólares estadounidenses y en el último semestre el posicionamiento en metales preciosos, principalmente oro. También una gran mayoría trasladó su inversión al bono de deuda estadounidense, pero dado los niveles tan bajos de tasa que este ha alcanzado, dicha inversión no permitía más que lograr mantener capital.
Ante esta coyuntura tan difícil, la pregunta del inversor es una sola: ¿Qué hacer con el capital que quedó?
Para hacer frente a dicha pregunta es importante que el inversor en primera instancia tenga claro dos situaciones, la primera conocer cuáles son los riesgos máximos que desea correr ante la inversión a realizar, y la segunda en qué horizonte de tiempo desea hacer su retorno.
Si el inversor busca simplemente conservar su dinero, las opciones de instrumentos a elegir no son muchas y deberían centrarse en la compra de dólares, en la colocación del dinero a plazo fijo en periodos cortos e idealmente indexados y finalmente en la compra de oro (sea esta en el mercado físico ó en el mercado financiero).
Sin embargo, si la opción es tomar riesgo, la primera recomendación que hacemos es que no sea por el total del capital, idealmente no más del 40% del mismo, y las opciones son en la compra de acciones tanto locales como del exterior (principalmente que tengan liquidez), en ETFs de mercados como petróleo, tecnología y Latinoamérica, donde los retornos pueden ser muy importantes en los próximos cinco meses si consideramos lo castigado que se encuentran estos mercados. Veremos…
Mayor información ingresando en www.ruartereports.com.
Leer los mercados en tiempos de crisis... ¿tiempo de salir de compras?
En su último análisis de los mercados financieros mundiales (que podés leer completo en Ver Más), el especialista Rubén Ullua aconseja que “si la opción es tomar riesgo, la primera recomendación que hacemos es que no sea por el total del capital, idealmente no más del 40% del mismo, y las opciones pasan por la compra de acciones tanto locales como del exterior (principalmente que tengan liquidez), en ETFs de mercados como petróleo, tecnología y Latinoamérica, donde los retornos pueden ser muy importantes en los próximos cinco meses si consideramos lo castigados que se encuentran estos mercados”.