Schiaretti mostró las “uñas y dientes”.
Con un vehemente discurso (de esos que hacen los políticos, con muchas pausas y énfasis para generar aplausos), el gobernador Juan Schiaretti repitió no menos de cuatro veces que va a defender “con uñas y dientes” los distintos complejos productivos de Córdoba, desde el automotriz al agro-industrial. Y en ese marco defendió los $ 15 millones al año (aunque se equivocó y dijo al mes) que la provincia aporta para subsidiar los nuevos empleos que genera el Grupo Fiat: “Cómo no vamos a ayudar si nosotros ponemos $ 15 millones -al año- y Fiat deja otros $ 115 millones en masa salarial de nuevos empleos”.
Y además (haciendo clic en el título de esta nota):
* Allá vamos Europa, allá vamos.
* Sí, Brasil es importante, pero...
* Felicitaciones a Cristiano, halagos para “el Pepe”.
* Suena muy lindo para nosotros pero no para ellos -le consultamos a Rattazzi.
* Bueno, pero ellos son países grandes y aceptan estas condiciones.
Un 2008 con 650.000 autos fabricados. El discurso de Fernando Fraguío, secretario de Industria de la Nación (el funcionario nacional de mayor rango presente ayer) estuvo plagado de cifras. Según el ex CEO de Iveco, Argentina producirá en 2008 unos 650.000 vehículos, casi 8 veces más que los magros 82.000 con que cerramos el año 2002. Y el año pasado exportamos 300.000 unidades, y “sólo” el 60% a Brasil (supo ser el 80%), ya que cada vez tienen más peso los 85 países diferentes a los que vendemos automóviles.
“Te felicito Cristiano... esto está bárbaro”. Así le dijo Beatriz Nofal -titular para la Agencia de Desarrollo de Inversiones- a Rattazzi, apenas tuvo oportunidad de saludarlo en el medio del gentío. Después, desde su silla, Nofal fue una de las que más festejó las ocurrencias y salidas de libreto del empresario italo-argentino.
“Pepe, qué bien se te ve”. Le dijo un empresario al ex ministro de la Producción de Córdoba y emblemático empresario José Porta (padre), un incansable luchador del desarrollo provincial que ya se recuperó de un reciente accidente automovilístico. Y sí, se lo veía bárbaro. ¡Grande Pepe!