El eje del modelo es claro: la menopausia y el posmenopausio configuran un universo de pacientes con necesidades persistentes, poco resueltas por la medicina tradicional y con impacto directo en bienestar, funcionalidad y vida sexual. Según explicó Gaspar, la atrofia urogenital afecta, en distinto grado, a la totalidad de las mujeres luego de la menopausia, generando un mercado estructural y no coyuntural.
La terapia láser se presenta como una solución tecnológica de bajo riesgo operativo: es indolora, ambulatoria y con evidencia de seguimiento a largo plazo, sin efectos adversos reportados. El esquema de tratamiento contempla tres sesiones iniciales, separadas por un mes, y un mantenimiento anual. A esto se suma la combinación con PRP, ácido hialurónico y, en determinados casos, terapia hormonal local.
Desde el punto de vista comercial, Sens Medical opera hoy en un mercado de pago directo. En ausencia de cobertura por parte de prepagas en Argentina —aunque sí existente en otros países—, la propuesta se posiciona en la intersección entre salud, bienestar y funcionalidad. Los valores de los tratamientos reflejan ese posicionamiento: procedimientos como el abordaje de incontinencia urinaria, sequedad íntima o liquen escleroso rondan los $900.000 por tratamiento.
Gaspar subrayó además un diferencial estratégico: la posibilidad de reducir la dependencia de tratamientos farmacológicos crónicos, un punto sensible en un contexto global de preocupación por la polifarmacia y sus interacciones. En la práctica, esto refuerza el atractivo de un modelo basado en tecnología, procedimientos breves y resultados funcionales.
Aunque hoy el segmento sigue siendo un nicho, en Sens Medical lo leen como una etapa temprana de un mercado con potencial de escala. La eventual incorporación de cobertura por parte de financiadores de salud podría ampliar significativamente la demanda. Mientras tanto, la compañía consolida su propuesta en un espacio donde la salud femenina, la longevidad y la tecnología convergen.