Radicales y macristas lograron anotarse juntos en la alianza opositora riocuartense, para empujar juntos la candidatura a intendente de Gabriel Abrile. El lunes próximo deben inscribir la lista de candidatos a concejales, y en ese trabajo todavía quedan algunas cuestiones para resolver.
La Carta Orgánica de Río Cuarto establece el sistema proporcional para el reparto de bancas en el Concejo Deliberante, pero asegurando al partido ganador más de la mitad de ellas. Así, el que gane tendrá diez bancas.
El tironeo en la coalición Juntos por Río Cuarto por la distribución de las candidaturas a concejales debe responder, antes que nada, a una pregunta fundamental: ¿se ganará o se perderá el domingo 29 de marzo?
Es un interrogante de difícil solución, cuando las encuestas han demostrado últimamente que no son confiables como para anticipar un resultado con total certeza.
Calcular a ganador permite ser más generoso, y a perdedor, obliga a restringir la oferta. ¿Pero acaso alguien puede atreverse, en una alianza protagonista, a anticipar una derrota?
El radicalismo puso el candidato a intendente y es el que lleva la sartén por el mango. De los diez integrantes de la nómina de concejales, al PRO le han ofrecido dos: uno es seguro aún en caso de derrota, porque estaría en el cuarto renglón; el otro sería el séptimo, que cuenta solo en caso de una victoria sobre el candidato peronista, Juan Manuel Llamosas.
El PRO consideró escasa la oferta, y si los macristas riocuartenses sellaron la alianza fue por la orden que bajó desde Buenos Aires la presidente del partido, Patricia Bullrich. Para mayor problema, el cuarto lugar, el seguro, sería para una mujer, por imposición del demagógico cupo femenino, pese a que la principal figura del PRO en Río Cuarto es el actual concejal Manuel Betorz (quien, incluso, debió resignar su postulación a intendente en el altar aliancista).
Hay más. El Frente Cívico de Luis Juez quiere también un lugar, y expectable, pisando sobre las aspiraciones del macrismo. Menos pretencioso es el requerimiento del cuarto socio, la Coalición Cívica-ARI, que se conforma con dos candidatos testimoniales y probablemente no proteste si le toca uno solo.
El PRO le tira del saco a la UCR y el juecismo al PRO. ¿Cómo se resolverá? Hay tiempo hasta el lunes, y las conversaciones en Río Cuarto progresan lentamente. Fuentes radicales de aquella ciudad afirman que la solución vendrá por teléfono y con la voz firme de Patricia Bullrich, quien incluso pondría en línea al propio Luis Juez.
Un acuerdo difícil pero que conforme lo mejor posible a todos es el objetivo para que todos los partidos de la coalición trabajen por la candidatura a intendente de Gabriel Abrile, quien tiene la misión de recuperar Río Cuarto para el radicalismo, que la administró por última vez hasta 2016 con Juan Jure.
El peronismo
Llamosas confía en su reelección porque sumó el kirchnerismo a la alianza que lidera el peronismo riocuartense. También en ese campamento discuten las bancas que le tocarán a los K, y la pulseada promete despertar interés en los próximos días. La alianza Hacemos por Córdoba lleva anotados un sinfín de partidos: Partido Justicialista, Partido Socialista, Partido de la Victoria, Partido Fe, Partido Demócrata Cristiano, Unión Vecinal Federal, Partido Liberal Republicano, Vecinalismo Independiente, GEN, Movimiento de Acción Vecinal, Frente de la Gente, Movimiento Libres del Sur, Unidad Popular, Partido Unite por la Libertad y la Dignidad y Partido Solidario.
También se presentan como candidatos a intendente Eduardo Scoppa por el Frente Riocuartenses por la Igualdad (mayormente radicales disidentes), Pablo Carrizo por el Frente Política Abierta (Nuevo Respeto, PAIS, Barrios de Pie-Somos y Faro del Sur) y Lucía De Carlos por el Frente Respeto; también inscribirán sus candidatos el Frente Partido Libertario-Nos y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (Izquierda Socialista, PTS, Partido Obrero y MST).