Córdoba pasó de un déficit primario de 2,2% en 2019 a un superávit de 8,7% el año pasado. La Provincia entró en las generales de la ley del año pasado, en la que todos los distritos lograron un mejor resultado que en 2019 porque por la pandemia y la cuarentena las transferencias corrientes de la Nación a las provincias crecieron 82% en términos reales. De esa manera, los gobernadores sortearon la crisis a las que los podría haber empujado la coyuntura.
Según un trabajo del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) de los economistas Nadin Argañaraz y Ariel Barraud, si se evalúa el déficit fiscal relativizado a los gastos totales de cada provincia en 2020, se aprecia que las jurisdicciones con mejores resultados fueron con superávit fueron Santiago del Estero (23%), Córdoba (6%), y Santa Fe (5%). Más aún, estas dos últimas junto a La Rioja, Entre Ríos, Misiones y Salta, revirtieron el déficit fiscal de 2019 y pasaron a cerrar el año.
Por su parte, Chubut (-15%) y Río Negro (-10%) fueron las más comprometidas. En Caba Neuquén, Corrientes, Buenos Aires y San Juan se evidenció, al igual que en Chubut, además de un resultado fiscal deficitario, un crecimiento del déficit respecto a 2019", concluyó el informe.
Las partidas nacionales sumaron $333.708 millones a lo largo del año pasado, que contrastan con los $129.121 millones del 2019. De ese total, $150.000 millones corresponden a la asistencia financiera por parte de la Nación a los distritos para hacer frente a las restricciones sanitarias.
Los giros extra presupuestarios a las 24 jurisdicciones (provincias y Ciudad de Buenos Aires) alcanzaron 1,2% del PBI en 2020, de los que 0,5 puntos están conformados por el paquete de salvataje diseñado en la Casa Rosada y que este año ya no existe.
Los ingresos totales de las jurisdicciones alcanzaron el 17,5% del producto y los gastos totales el 17,3%, por lo que se llegó a un resultado primario del 0,2%. Para los autores del trabajo, sin las transferencias nacionales, las provincias hubieran registrado un déficit primario de 0,3% del PBI.
Al excluir los intereses de la deuda (0,5% del PIB) del total de gastos, surge que el resultado primario fue de $62.843 millones, lo que da el superávit equivalente al 0,2% del PIB. Así el 2020 fue el tercero consecutivo en el que las provincias y CABA tomadas en conjunto mostraron resultados primarios positivos. En la comparación con 2019, hubo una leve mejora en el resultado primario consolidado, y a su vez, debido a un menor peso de los intereses en 2020, el déficit fiscal (es decir el que incluye los intereses) se redujo a menos de la mitad del observado en 2019.
La caída de los recursos en el consolidado provincial se explica en buena medida por la pandemia y los aislamientos, el 98,7% de los recursos correspondieron a ingresos corrientes. Este tipo de ingresos sufrió una caída del 5% en términos reales. Dentro de este rubro las cuentas más importantes fueron los recursos tributarios de origen nacional, es decir la coparticipación y leyes especiales (representaron el 48% de los ingresos corrientes) que cayó un 3,2% y la recaudación propia de recursos tributarios provinciales (con una participación del 29%) que mostró una caída mayor, del 7,6% real.
Las transferencias corrientes-que son de libre disponibilidad- fueron las únicas que mostraron una variación real positiva, del orden del 82% respecto a lo ingresado en este rubro en 2019. Los ingresos de capital alcanzaron $60.286 millones, que son una fracción mínima de los ingresos (1,3% de los recursos), lo que significó una caída del 24,4% en términos reales respecto al año anterior.
Sí se observó una paridad importante entre los distintos tipos de gasto, con un fuerte ajuste en los de capital. Las erogaciones corrientes aumentaron 34,1% (-5,6% real), al tiempo que los destinados a la obra pública treparon sólo 9% (baja del 23,3% al descontar la inflación). En ese sentido, la inversión real directa fue la que se llevó la peor parte con un retroceso del 33,5% real.