Dicen cerca del gobernador Juan Schiaretti que está decidido a jugar a fondo con la promoción de la autonomía de la provincia porque, políticamente, el apoyo que busca no está entre los votantes del gobierno de Alberto Fernández. La gestión de la pandemia es uno de los puntos donde se diferencia de la Casa Rosada y del ala K del oficialismo.
El mandatario dio otra señal ayer y se diferenció de sus pares de la Región Centro en cuanto a la presencialidad de las clases, luego de que el santafesino Omar Perotti y el entrerriano Gustavo Bordet anuncian la suspensión por una semana de las clases presenciales, pero dejó una puerta abierta a futuras restricciones.
Con 540 muertes en el país y más de 1200 casos en la provincia, Schiaretti dijo que en Córdoba el número de contagiados de Covid 19 “está muy alto” y que “tiene que bajar la cantidad de casos”, para evitar “a futuro, si no bajan los casos, tomar otro tipo de medidas”.
“Lo que en Córdoba venimos haciendo es cuidar el trabajo, la producción y la presencialidad en la escuela”, sostuvo el gobernador en el lanzamiento de la versión 2021 del programa “Protección de la Embarazada y su bebé”, que presentó la ya prácticamente confirmada candidata a senadora de Hacemos por Córdoba, la diputada Alejandra Vigo, en su carácter de jefa del gabinete social de la provincia.
Lo llamativo de la advertencia es que la Nación no incluyó a ningún departamento de la provincia como “zona de alerta” por la cantidad de casos cada 100 mil habitantes o por la velocidad de los contagios, como si lo hizo con Rosario y San Lorenzo en Santa Fe, seis departamentos de Mendoza, CABA y 42 localidades de AMBA y dos de provincia de Buenos Aires. En la clasificación de zonas epidemiológicas del viernes 30, Córdoba Capital y 17 departamentos están catalogados como en “riesgo alto”, pero sin alerta.
“La pandemia está golpeando y duro al país y a otros países hermanos de la región”, comenzó el gobernador, en un punto y aparte de su discurso sobre el programa para mujeres embarazadas. “El nivel de casos está muy alto en la provincia. Más allá de que Córdoba tiene margen en cuanto a cantidad de camas críticas ocupadas para enfrentar la pandemia, el número está muy alto y tenemos que bajar la cantidad de casos. Por eso, pedimos que cumplan con la disposición que establecimos los intendentes y el gobierno provincial, y de esa manera evitar, en el futuro, si no bajan los casos, que tengamos que tomar otro tipo de medidas”, manifestó.
El mandatario provincial insistió con cumplir con las normas establecidas el viernes en el marco de la Mesa provincia-municipio, que rigen desde el 1 al 21 de mayo, y puso énfasis en las reuniones sociales como principal foco de contagio de coronavirus. “Si todos cumplimos con las normas establecidas para este periodo (…) y nos cuidamos en las reuniones sociales que son el mayor foco de contagio, seguramente será más fácil que Córdoba pueda atravesar esta cantidad de casos de Covid con el menor costo posible, y seguramente si actuamos así, podemos continuar enfrentando este tramo de la pandemia sin lesionar al sector productivo y cuidando la presencialidad”, aseguró.
Por primera vez, el gobernador admite que el criterio de las camas críticas ocupadas, que ronda el 40% según se informó oficialmente, no es el único a tener en cuenta, y que es necesario bajar el número de contagios en la provincia para atravesar esta parte de la pandemia.
Desde que comenzó la segunda ola, el Panal se despegó de la estrategia de la Casa Rosada y de las disposiciones de los decretos presidenciales, y buscó resguardo en la Mesa Provincia Municipios donde se sientan la Provincia y los 227 intendentes y jefes comunales de Córdoba. Con la premisa es que “la pandemia no puede ser la única realidad” y que Córdoba no descuidaría “la producción, el empleo y la educación”, el mandatario impulsó medidas bastante más laxas que las que los decretos presidenciales ordenaron para el AMBA. En horarios nocturnos, en actividades y sobre todo, en el tema de las clases presenciales, donde se mantuvo, sin decirlo en una línea parecida a la del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
En cualquier caso, Córdoba quedó en el mismo pelotón que CABA y Mendoza, también gobernada por un macrista, el radical Rodolfo Suárez. Sin embargo, la semana pasada, con la incidencia de casos cada 100 mil habitantes, el porteño resolvió suspender la presencialidad en el nivel secundario. Como se dijo arriba, Perotti le hizo un guiño al DNU de Alberto Fernández, y suspendió una semana las clases tradicionales en Rosario y San Lorenzo, mientras su gobierno espera el efecto de las otras medidas que restringen la circulación. Bordet hizo lo propio en la capital provincial y en otras localidades grandes, aunque no está en alerta.
Ayer se diferenció de sus pares de las provincias de la Región Centro, el santafesino Omar Perotti y entrerriano Gustavo Bordet, ambos peronistas como Schiaretti, pero aliados del gobierno nacional, que anunciaron el cese de las clases presenciales por una semana en los departamentos más poblados, con el objetivo de desacelerar los contagios de Covid 19.