No es una novedad en la UCR el pedido de Prunotto. Sí, en cambio, la creciente pretensión entre la dirigencia radical de ir por el máximo cargo provincial en la próxima contienda. Le preceden el presidente del Comité Central de la UCR, Marcos Carasso, el ex intendente Ramón Mestre, y dos dirigentes que ahora están en un limbo entre la UCR y el PRO, como Orlando Arduh y Gustavo Santos. Esto sin mencionar a referentes territoriales de peso, que prefieren trabajar en esta dirección pero con bajo perfil público.
“Voy a pelear para que un radical vaya como candidato a gobernador en 2023”, dijo textualmente Prunotto a Alfil TV, y agregó que ella y muchos intendentes del interior pueden acreditar capacidad de gestión y merecimientos para competir el año próximo con el respaldo del partido.
“Creo estar capacitada para ser candidata por la lista 3 (número histórico de boleta de la UCR en el cuarto oscuro), al igual que muchos intendentes”, añadiendo a renglón seguido que “(Luis) Juez es peronista” y que “este es el momento de los intendentes radicales”.
La urgencia con que Prunotto pide una definición a De Loredo podría encontrar un principio de definición en el Congreso Provincial del radicalismo que sesionará el 22 y 23 de abril en Villa Giardino. La agenda del Congreso partidario son el caso Arduh y otros asuntos cuasi administrativos de la UCR, pero en simultáneo se realizará el “abierto” de Villa Giardino (acceso libre para la dirigencia), un ritual que celebra el partido todos los años en la localidad del Valle de Punilla. En esta edición, el tema insoslayable es la fecha electoral de Juntos por el Cambio para la interna para cargos electivos y su reglamento (que no es el de la UCR).
La demanda de los intendentes del interior, como es el caso Prunotto, tiene su legitimidad. En los años del ciclo 1983-1999, esta pulsión no existía porque hubo liderazgos nítidos –y exitosos- de Angeloz y Mestre (p), pero después en los posteriores intentos, el distrito capitalino no soltó el mango y siguieron siendo candidatos –no exitosos- de esta ciudad los que pugnaron en la punta de la boleta electoral, como son los casos de Oscar Aguad (tres veces), Mario Negri (dos) y Ramón Mestre. En varias localidades importantes del interior ya los llaman mariscales de la derrota.
Esto llena de legitimidad el planteo de los intendentes del interior. Con justeza, es como si el radicalismo intentara repetir el ensayo, hasta ahora exitoso, del peronismo de promover a intendentes del interior, como es el caso de Martín Llaryora y aún del viceintendente Daniel Passerini. Este proceso de recambio lo impulsó, paradójicamente, un hombre de Capital, como Juan Schiaretti. Para algunos, astucia electoral. Para otros es más sencillo: liderazgo, algo que en la UCR brilla por su ausencia tras la desaparición de Angeloz y Mestre (p).
Y algo de este trasvasamiento territorial y generacional podría estar insinuado en la reciente elección de Juan Jure en el principal cargo institucional, a nivel provincial, que tiene la UCR. El dos veces intendente de Rio Cuarto es hoy presidente del bloque radical en la Legislatura, en reemplazo del capitalino Marcelo Cossar.