Preocupados y en alerta. Así están en el gobierno de Córdoba frente al momento crítico que atraviesa la provincia en términos sanitarios. El peor, sin dudas, desde que arrancó la pandemia por las marcas diarias registradas de infectados y muertos; aunque nadie sabe si será el último.
El monitoreo de la situación ya no es diario, sino que prácticamente es minuto a minuto. De hecho, las autoridades sanitarias de Córdoba se están reuniendo dos veces por día para analizar la evolución de los acontecimientos.
Y aunque por lo alto nadie lo admitirá, por lo bajo más de uno en el Centro Cívico reflexiona si éste no debería haber sido el momento oportuno para aplicar la cuarentena estricta. Aquella que rigió durante los primeros 15/20 días de encierro absoluto luego de que así lo estableciera el decreto presidencial.
Pero claro, hablar hoy de retroceder a esa etapa de confinamiento resulta impensado. Desde lo político porque básicamente, después de cinco meses, no queda un centímetro de margen social para acatar una medida de tal dimensión. La pandemia hizo estragos en lo económico y sus consecuencias reales ni siquiera pueden terminar de calibrarse aún.
Entonces frente a la multiplicación de focos activos de COVID-19 en distintos puntos de la provincia y ante la imposibilidad de decretar una medida drástica para toda la provincia, la estrategia que se sigue es la de analizar y actuar en consecuencia según la realidad epidemiológica de cada localidad.
Por eso, es posible ver sobre un mismo corredor, distintas disposiciones bajadas por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) Central sobre cada distrito.
A rigor de verdad, los sanitaristas ya no hablan de fases ni de zonas blancas ni rojas en Córdoba, sino de cordón sanitario estricto; estricto con flexibilizaciones; y cordón sanitario restringido. De esa manera se busca “encapsular” los focos y cortar la cadena de contagios pero aplicando criterios en función a la situación particular que presente cada localidad o barrio en el caso de la Capital cordobesa.
De allí que nuevamente la pata política volvió a tener fuerte injerencia en la mesa interdisciplinaria que aborda la crisis.
Concretamente, en estos momentos hay una mayor participación del ministerio de Gobierno que conduce Facundo Torres, desde donde se articula con los 426 municipios del interior provincial. Justamente esta especie de “cuarentena a la carta” demanda mayor dedicación y análisis ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, para definir las acciones.
Llegada la fecha de las prórrogas de los cordones sanitarios que rigen actualmente en los distintos municipios y comunas, las autoridades políticas son las que comunican y explican a cada intendente las resoluciones del COE.
Botón rojo
Al igual que las autoridades cordobesas, ayer el presidente Alberto Fernández se mostró “preocupado” por el aumento de casos de coronavirus y consideró que el país está atravesando "el peor momento de la pandemia”. Por eso, el mandatario nacional insistió en pedir a la sociedad mayor responsabilidad ya que todavía “estamos muy lejos de haber superado el problema”, dijo.
De cara al vencimiento el próximo domingo 16 de la actual etapa del aislamiento, Fernández advirtió que "el botón rojo siempre está a mano porque la conservación de la salud es lo más importante” para referirse a que la Nación no descarta volver a una etapa más estricta.