Fase 5 o nueva normalidad, así se conoce a la última etapa de la cuarentena por el coronavirus según las categorías dispuestas por la Organización Mundial de la Salud.
Desde el punto de vista sanitario, las autoridades locales consideran que, en función a los índices epidemiológicos, Córdoba va bien pero aún le falta para ingresar al tramo final.
Desde el punto de vista político, la presión sobre el gobierno de Córdoba para levantar el confinamiento es cada vez mayor.
Los intendentes y jefes comunales del interior que hasta aquí acompañaron -prácticamente- sin fisuras las disposiciones que fue tomando el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) bajo la dirección del gobernador Juan Schiaretti, ya comenzaron a inquietarse.
Consideran que estos 70 días dieron un tiempo más que suficiente para armarse frente al virus y que las realidades económicas locales no aguantan más sin una reactivación urgente. Ahora, coinciden, es hora de devolverle la cotidianeidad a los vecinos respetando un marco de nuevos hábitos y cuidados de higiene y salubridad.
Por eso, casi a diario elevan notas al COE solicitando autorizaciones para liberar nuevas actividades en sus poblaciones, exponiendo números alentadores que revelan que la epidemia está controlada. Mucho más enfáticos son aquellos gobiernos locales de las zonas blancas que nunca registraron casos positivos y que, por ende, exigen con mayor legitimidad una nueva apertura. Allí también se anotan aquellas poblaciones que desde hace varias semanas están “limpias” de COVID-19.
La insistencia en esos reclamos no responde a otra cosa que a la propia presión que, a su vez, tienen los jefes comunales por parte de los distintos sectores sobre los que aún rigen restricciones. De hecho, en los últimos días las protestas en el interior de la provincia se multiplicaron.
Además, existen planteos -por ahora sin controversias políticas- respecto a la necesidad de diferenciar la Capital cordobesa que concentra la mayor cantidad de contagios a la del resto del mapa provincial.
Por caso, el intendente de Monte de los Gauchos y presidente del foro de comunas y municipios UCR, Ariel Grich, algo de eso planteó en la última reunión de la Mesa Provincia Municipio. Allí, solicitó la participación de los intendentes en las decisiones del COE Central y de los Regionales, aludiendo a que muchas veces se toman decisiones y definiciones en la Capital cordobesa que están alejadas de la realidad que viven a diario los distritos más pequeños.
Los planteos para ingresar de hecho a la Fase 5 en la que prácticamente se extinguen las prohibiciones y se avanza en la nueva etapa con una fuerte responsabilidad individual, no distinguen color político.
De hecho, muchos de los intendentes de Hacemos por Córdoba demandan lo mismo. Ayer la máxima autoridad política de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, presentó un informe de la situación epidemiológica de esa ciudad y el sur provincial, y profundizando en los pedidos de flexibilización de las actividades como esteticistas, gimnasios, pilates, gastronomía, hotelería y también de las reuniones familiares, entre otras.
De igual modo, por ejemplo, el radical Marcos Ferrer de Río Tercero pidió al COE reabrir bares, restaurantes, jardines maternales y gimnasios; al igual que los intendentes de Sierras Chicas que además solicitan la reactivación de las trabajadoras del servicio doméstico.
En Traslasierra, una de las zonas blancas que nunca tuvo registros positivos, el corredor turístico elevó al COE un protocolo para restaurar la hotelería y gastronomía. Y así el listado alcanza prácticamente a todos los gobiernos locales del interior.
Por eso, desde el ministerio de Gobierno que conduce Facundo Torres se informó en la última reunión de la Mesa, que el día viernes habrá un nuevo encuentro, pero con los 427 municipios y comunas de Córdoba de la que participarán además autoridades del COE y del ministerio de Salud de la provincia, con intenciones de atender todos esos planteos.
Los números
El ministro de Salud, Diego Cardozo, brindó en las últimas horas datos que dan cuenta que, hasta el momento, el virus está controlado en Córdoba y que se logró mitigar el impacto del último brote. En diálogo con Cadena 3 y frente a la consulta de qué debería pasar para que la provincia ingrese a la fase 5, Cardozo explicó que el índice RO que marca la tasa de infección, debería estar debajo de 1. En Córdoba, mayo tuvo un promedio de 1,05 y en los últimos días llegó a 0,91, indicó.
“Nos da información de que la epidemia en cierto modo está controlada. Para ir habilitando actividades debe estar entre 0,5 y 0,7. Si está estable y va en un descenso paulatino como venimos teniendo estos días que no tuvimos casos nuevos, sólo de un viajero, nos da la pauta que de alguna forma se logró mitigar el impacto del último brote y controlar el comportamiento de la patología en el territorio”, agregó. Pero luego aclaró: “Logramos contener el último brote pero no la pandemia. Volveremos a tener casos. La responsabilidad comunitaria es que tendremos que aprender a convivir con la patología hasta que encontremos la vacuna o un tratamiento científicamente efectivo”.