El precandidato a gobernador por el Frente Cívico de Córdoba, Luis Juez, sostiene que no hará nada para atentar contra la unidad de Juntos por el Cambio (JpC), pese a que su objetivo político para 2023 es taxativo. Sin embargo, la semana pasada envió un mensaje contradictorio.
Quedaron bajo escrutinio interno por la ausencia del cuerpo técnico juecista en la reunión en la que la UCR, el PRO y la Coalición Cívica acordaron la forma del acta constitutiva de la alianza y el reglamento que elevarían inmediatamente a los presidentes de los partidos para su discusión y firma inmediata.
El presidente del espacio, Ernesto Martínez, defendió la postura dilatoria en diálogo con Alfil TV. “No se sabe cuándo se va a votar el Córdoba. Las alianzas se firman y se presentan en la Justicia Electoral 60 días antes de la elección. Nosotros ni siquiera conocemos la fecha de convocatoria. ¿Por qué vamos a entrar en un juego que en definitiva le abre las cartas, le muestra el mapa, al oficialismo provincia que juega a las escondidas? Nosotros estamos grandes para estudiantinas”, explicó las razones de la paciencia juecista que no exhibe, por ejemplo, el precandidato radical, Rodrigo de Loredo, y principal promotor de apurar el marco legal, junto al expresidente Mauricio Macri.
E insistió sobre el peso de los condicionantes externos: “Cuando el oficialismo juegue, nosotros nos vamos a sentar con el espíritu acuerdista más amplio posible y las cosas se van a hacer como se deben, con diálogo y acuerdo. Tenemos que tener cuidado de no ser funcionales al peronismo, las experiencias pasadas deben servir para el presente”.
“Hay gente que piensa que este dirigente joven está cargado de futuro. En una movida de ajedrez, en una movida mala de un alfil, está lleno de pasado, tiene todo el pasado por delante. Cuidado con eso: a jugar para nuestros votantes en Córdoba, nunca para el oficialismo provincial”, otro fragmento de su mensaje encriptado pero que parece tener un destinatario claro.
Al ser consultado sobre la relación proporcional que existiría entre la firma del reglamento y la alianza y la oficialización de la candidatura provincial de De Loredo, el exsenador y mano derecha de Juez insistió con su receta: “Hay tiempos en política para jugar. Las brevas tienen que madurar, no las cortes antes porque están verdes. No especulamos, sabemos los pasos que vamos a ir dando y que van a ser motivo, con certeza, de un acuerdo final”.
La postura quedó clara. Los aliancistas esperaban está semana acercarse al presidente del FC para retomar el diálogo. Durante la mañana del domingo, varios dirigentes expectables de Juntos admitían que la idea era firmar el reglamento y la alianza esta semana, en concreto el viernes, para amasar palabras con el partido escurridizo.
Sorpresivamente, la convocatoria al diálogo llegaría hoy por parte de los más buscados. Fuentes del juecismo admitieron a este medio que Martínez enviaría en el transcurso de este lunes una invitación a los presidentes y apoderados de los partidos miembro de la alianza para iniciar el diálogo político tendiente a cerrar un texto definitivo del paquete constitutivo de la coalición y el método de selección de candidatos.
Si prospera esta convocatoria de la que se hablaba ayer de manera informal, se tratará de un paso fundamental para retomar el diálogo que no se dio en la etapa técnica. Esto no significa que el FC vaya a estampar su firma en algún acta porque esperan que se tengan en cuenta no sólo las urgencias de algunos radicales y el macrismo.
En concreto, Juez giró su adhesión al modelo de reglamento propuesto por el PRO, sin embargo, marcó como prioridad la discusión de programa de gobierno. Su partido reclamará este requerimiento en la etapa de intercambio que propondría hoy, coincidiendo con un nuevo acto con De Loredo como gran anfitrión.
“Primero, el programa; después la alianza y, por último, el reglamento. Cada instancia, cuando resulte oportuna y no favorezca al oficialismo”, remarcaban en el bunker del senador.
Juez no cambió su idea sobre la interna porque las encuestas prestadas que maneja lo ubican con ventaja sobre De Loredo, pero necesita correr el arco. No obstante, sabe que no puede confiar en un “socio” cuyo historial no lo deja tranquilo.
El crecimiento político de De Loredo tiene el juego propio y la búsqueda de reconocimiento público como factor común. En junio de 2012, el entonces treintañero legislador desafió a Luis Brower de Koning y le partió el bloque en la Unicameral. La experiencia la reeditó recientemente en el Congreso Nacional, con los colores de la línea de Martín Lousteau, Evolución radical. El damnificado fue Mario Negri.
Hay varios ejemplos más. Fue el candidato a intendente de la lista radical que lideró para el tramo provincial Ramón Mestre en 2019; pero después lo desafió en la interna partidaria del año siguiente.
La sociedad con Juez, en el frenético armado de listas para las últimas PASO legislativas, fue producto de la negativa de Macri de darle la cabeza la lista de diputados que había reservado para Gustavo Santos, su entonces candidato para la gobernación. Hoy, el expresidente es su principal fogonero en la interna contra Juez.
El senador sabe que su única garantía es que la UCR no se encolumne detrás de De Loredo porque hasta que eso suceda la guerra será por la pantalla y la consideración pública. Hasta ahora, ninguno tiene la estructura radical para sí.