Con mediciones muy buenas sobre su gestión en la Municipalidad de Rio Cuarto, Juan Manuel Llamosas asoma hoy como el dirigente peronista con más posibilidades de acompañar en la fórmula al intendente cordobés Martín Llaryora para competir por la Gobernación en 2023. Por supuesto, nada está dicho sobre el segundo término del binomio. El peronismo sí tiene una certeza: sabe que el próximo cruce electoral va a ser difícil y tiene que optimizar la decisión.
Una opción alternativa es una fórmula mixta, a la altura de los tiempos que corren y la moda imperante de las políticas de género. Esta opción apunta a una mujer que hace unos años ni existía, pero su apellido y la trágica desaparición de su padre en 2018 hacen que algunos le adjudiquen chances de intentar integrar la fórmula. El problema que tiene Natalia de la Sota es su bajísimo perfil público. También incide la duda del peso que a esta altura conserva el apellido. (Eduardo Angeloz, también tres veces gobernador, supo contar en mesa de amigos que a ocho años de haber dejado la Casa de las Tejas, al bajar de un taxi y abonar el viaje, el chofer lo interpeló y le dijo: “Sabe señor, le veo cara conocida”).
Sobre las dificultades que tendrá el PJ en la tenida del ’23 se puede observar su conducta desde que llegó al poder y cómo acomodó su fórmula según sus chances: en 1998, cuando ganó la elección después del largo ciclo radical, pactó una alianza con la Ucedé (Carlos Menem mediante) y Germán Kammerath le aportó puntos decisivos para triunfar sobre Ramón Bautista Mestre; en 2003, cuando repitió, no anduvo con chiquitas y llevó de vice a su adversario en la interna del peronismo, Juan Schiaretti; en 2007, que terminó en un escrutinio voto a voto, el propio Schiaretti le sacó a Luis Juez su principal alfil, Héctor “Pichi” Campana; en 2011, para su tercer mandato y cómodo en los pronósticos, se dio margen de llevar a la desconocida Alicia Pregno; en 2015, el hoy gobernador repitió la misma fórmula de De la Sota en 2003, llevando de compañero en la llave a su adversario interno, Martín Llaryora; en 2019, con mucho margen por la fractura radical y el resultado cantado puso al ignoto Manuel Calvo, que a la postre resultó un buen funcionario.
La fórmula es sencilla y ha sido aplicada sistemáticamente. Por eso, ahora la decisión tiene que estar en línea. Llamosas es del interior, proviene del corazón de la pampa sojera, de la segunda ciudad de la provincia y con un triunfo, su reelección, en plena pandemia.
Dos datos adicionales. El primero: Luis Juez, el probable adversario de Llaryora, mide mejor en el interior que en Capital. El segundo: si Llaryora confirma electoralmente en Capital los pronósticos que circulan, y a ese capital inicial le suma Rio Cuarto y su departamento de origen, San Justo, estaría bien parado en tres de los cinco principales distritos de la provincia.
Este es el contexto definido en sus trazos gruesos, la lógica parece clara, después los resultados darán su veredicto.