Durante todo su discurso ante empresarios e invitados de la Fundación Mediterránea, el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta se mostró orgánico, respetuoso con los tiempos que supone la carrera electoral. También, demostró tener un gran sentido de la oportunidad. Ratificó su vocación de poder y de extender su influencia por fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en un marco ideal: sugirió sus ambiciones políticas ante un auditorio bien predispuesto a escucharlo –“sus palabras son música para mis oídos”, le dijo un empresario en la ronda de preguntas-, justo en la semana que los ojos de todo un país se posan en la batalla judicial que protagoniza con el presidente Alberto Fernández por la presencialidad en las escuelas porteñas.
Era esperable, entonces, que su intervención comenzará con una referencia al tema y un nuevo voto de confianza al diálogo. “Voy a hacer todo lo posible para que los chicos estén en las aulas. Sigo dispuesto a reunirme las veces que sean necesarias, si rompemos el diálogo nadie gana”, expresó.
Esta apuesta a reanudar las conversaciones fue el puntapié inicial para enviar una consigna de trabajo a los aliados en Juntos por el Cambio Córdoba y al PJ republicano del gobernador Juan Schiaretti. Larreta afirmó que la unidad de la coalición es “innegociable” e instó a sus conmilitones a ejercitar la competencia de la “amplitud” política.
Es altamente probable que el candidato a senador de Mauricio Macri, Gustavo Santos, haya colgado los auriculares con cierta satisfacción, al término del Zoom que Larreta compartió con más de 300 hombres y mujeres de negocios. Insistir con la cohesión en un distrito que hace de la ruptura el sello característico de Juntos por el Cambio, es un llamado explícito a la reflexión de la dirigencia que pretenden sostener candidaturas a toda costa.
Se sabe, el exministro de Turismo de la Nación es la gran apuesta de Macri para las elecciones legislativas, pero también para el 2023. Quiere verlo caminar en el marco de este proyecto de PRO fuerte, incluso a riesgo de chocar con las aspiraciones de un dirigente en el que se apoyó durante todo su mandato nacional, como lo fue el radical Mario Negri. Como no hay dos sin tres, ese escaño en la Cámara alta también es reclamado por Luis Juez, del Frente Cívico. Para la boleta de diputados, los aspirantes son muchos.
La prudencia de Larreta y la invitación a estar unidos sin otra alternativa aumenta las chances de Santos de sostenerse como el candidato más allá de la voluntad de Macri. Tras el paso de la gobernadora María Eugenia Vidal por el escenario de la Mediterránea y las declaraciones del jefe porteño, quedó bastante claro que la conducción nacional del PRO no está dispuesta a detenerse, ahora, en distracciones que socaven las posibilidades del espacio dentro de dos años.
Este pacto interno en el PRO tiene, a nivel local, otro consenso: el peronismo republicano cordobés seguirá siendo el objetivo para la nueva etapa de la coalición, por más que les pese a los radicales o juecistas cordobeses. La candidatura de Santos que sostienen desde todos los sectores es una muestra de ese trabajo fino que el macrismo pretende hacer con dirigentes con los que tienen en común buena parte del electorado.
La diputada Soher El Sukaria y Santos, en las giras de campaña por el interior del país venían sugiriendo este concepto de la necesidad de sumar a “todos”. Cuando eran consultados si esto incluía a Hacemos por Córdoba respondían: a todos los que se identifiquen con los valores republicanos. Nadie desconoce que Schiaretti no acordó con el Frente de Todos y desempolvó el cordobesismo, reciclado ahora en el concepto de “autonomía”.
Larreta jerarquizó ayer esas invitaciones de la dirigencia amarilla y habló de un pacto entre todos los sectores para recuperar la confianza de los argentinos. Al ser consultado sobre buscar una alianza con el gobernador, contestó: “Tenemos una dirigencia en Córdoba que es un lujo y son ellos los que deben construir la oferta electoral, no voy a señalar yo desde acá qué hay que hacer. Pero la unidad es innegociable. Y tenemos que tener una actitud de amplitud, ese es el criterio general que voy a impulsar yo en la Ciudad de Buenos Aires”.
No quedan dudas, después del discurso de Larreta, que el PRO mira al PJ de Schiaretti para ampliar Juntos por el Cambio, o bien, interrumpir la continuidad del kirchnerismo en el poder. A decir verdad, el precandidato presidencial sugirió en público lo que siempre pensó y lo llevó a diferenciarse de Macri: el peronismo no k tiene que integrar la coalición.