El bono de cancelación de obligaciones con proveedores y contratistas, y los avales crediticios para las mipymes -dos instrumentos impulsados por el gobierno de Córdoba para enfrentar la crisis- recibieron ayer un amplio apoyo legislativo, en la primera sesión por videoconferencia de la historia provincial.
Más allá de los proyectos económicos que buscan amortiguar los efectos de la recesión provocada por la cuarentena, la novedad de ayer fue que los legisladores sesionaron a distancia, conectados cada uno a su computadora; en el recinto solo estuvieron el vicegobernador Manuel Calvo (que como una excepción debió hacerse cargo de izar y arriar la bandera) y dos secretarios, más unos pocos empleados con sus bocas cubiertas con barbijos.
La sesión duró tres horas y diez minutos sin que el novedoso sistema fallara, al margen de un problema con la imagen del vecinalista Aurelio García Elorrio en una de sus dos intervenciones. Tecnológicamente, examen aprobado.
El éxito dará seguramente mayor impulso al reclamo de muchos de los legisladores de la oposición que insisten con que la Cámara debería continuar con sus sesiones ordinarias, sin quedar limitadas a convocatorias especiales como las de ayer. La diferencia está en la agenda: en las sesiones especiales se tratan solo los asuntos para los que la Cámara fue convocada, de manera que por ahora el temario legislativo queda en el puño del oficialismo.
Con ese cuestionamiento, precisamente, abrió el fuego el radical Marcelo Cossar, al referirse al decreto de Calvo (que también ayer fue aprobado) que habilitó las sesiones especiales por videoconferencia. “Damos un paso adelante y dos para atrás”, advirtió. Cossar criticó que el decreto delega en el vicegobernador el derecho a convocar a la Cámara cuando lo crea “estrictamente necesario”.“La emergencia no nos plantea que suspendamos el período ordinario de sesiones. Necesitamos más democracia, no menos”, recalcó.
De todas maneras, el bloque de la UCR votó a favor con el pedido de que se analice modificar esa delegación. El único voto en contra al decreto fue el de la izquierdista del FIT, Soledad Díaz García, para quien las sesiones deben ser ordinarias y presenciales porque si no se “limita el debate”.
Antes, Calvo había destacado el carácter “histórico” de la sesión, y que en plena emergencia se mantenía sesionando a distancia a la comisión de Labor Parlamentaria (que reúne a los presidentes de los bloques y a las autoridades de la Cámara).Además, explicó las particulares reglas de juego (como que votaban los presidentes de los bloques en nombre de todos los suyos) para la singular reunión.
Los proyectos
La emisión de un título de deuda para pagar a proveedores y contratistas fue aprobado con 64 votos a favor, 4 en contra y 1 abstención. Acompañaron el proyecto del Poder Ejecutivo los legisladores peronistas, los radicales de la UCR, los radi-macristas de Juntos por el Cambio; en contra votaron los vecinalistas y las dos izquierdistas (FIT y MST); se abstuvo la representante de la CC-ARI.
Los discursos fueron particularmente apacibles, más allá de las críticas al gobierno. No hubo chicanas como las que se lanzan en el recinto, probablemente porque todos tuvieron en cuenta que salían al mundo por You Tube (a propósito, pocos aprovecharon bien el costado escénico del momento: los mejores para eso, Luciana Echevarría, del MST y Marcelo Cossar, de la UCR por su mejor manejo de la cámara; quedó desaprobada Rosa Marcone, del Encuentro Vecinal Córdoba, quien por momentos habló sosteniendo su cabeza sobre el puño de su brazo derecho).
Respecto del bono, el peronista Leonardo Limia explicó sus características y aseguró que la crisis que obliga a esta salida se originó hace más de dos años. Limia dijo que el bono busca “que se conecten las deudas de los contribuyentes con las deudas a los proveedores”.
Alberto Ambrosio, de Juntos por el Cambio, alertó que quedó en evidencia la “imprevisibilidad del gobierno provincial”. Apuntó como las causas de la crisis en Córdoba “el crecimiento del gasto público, el alto endeudamiento y la presión fiscal”. También enfatizó que “no se constituyó un fondo anticíclico”, como debía hacerse, y que se desaprovechó el enorme impulso económico que el gobierno de Mauricio Macri le dio a la gestión de Juan Schiaretti.
El radical Antonio Rins planteó prácticamente las mismas observaciones que su primo semi-radical. El riocuartense graficó que “económicamente somos pacientes de riesgo porque tenemos enfermedades preexistentes”. “Cuando el río baja se ven las piedras”, agregó con una nueva metáfora.
La vecinalista Marcone consideró “poco serio” el proyecto y subrayó que se está generando más deuda pública. La izquierdista Díaz García pidió que se apliquen “impuestos extraordinarios a las grandes fortunas”, y su par Echevarría recordó que “Schiaretti apoyó cada una de las medidas del gobierno de Macri”. Cecilia Irazuzta, de la CC-ARI, anunció su abstención, afirmando que el bono “es un paliativo pero producirá inflación”; también opinó que el actual “es el momento justo para iniciar un plan de reducción del gasto”.
El proyecto de avales para las mini, pequeñas y medianas empresassalió aprobado con aún menos disidencias y por unanimidad un convenio con la UNC en el marco de la lucha contra el coronavirus.