Al iniciar este nuevo año, los primeros movimientos de los dirigentes políticos arrojaron un patrón común. A la ciudadanía, a los potenciales electores de diputados y senadores nacionales, no le conformará la dedicación exclusiva al combate heroico de la pandemia. Es por eso que gobernadores e intendentes han asumido que la crisis sanitaria mundial deberá ser un punto más de las agendas de gestión y no el único como ocurrió en el 2020.
Solo queda un elemento que generará atención y, por su importancia, podrá impactar positiva o negativamente en la imagen del gestor: la disponibilidad de la vacuna contra el Covid 19. La centralidad del asunto obligó al gobernador Juan Schiaretti (antes, al presidente Alberto Fernández) a prometer una vacunación masiva cuando, se sabe, la negociación con los laboratorios es nacional y aún no se sabe cuánto faltará para la venta directa. La inmunización de al menos un 70% de los cordobeses constituye un eje de trabajo en el que los referentes estatales deben mostrarse activos.
El intendente Martín Llaryora asumió también la promesa que hizo el gobernador en la apertura de sesiones legislativas del pasado lunes. Antes los medios locales, aseguró que el municipio destinará recursos propios para la adquisición de vacunas, como ya hizo para la compra de test para detección del virus, clave para la contención de los contagios.
El marco de la enunciación del compromiso fue cuidadosamente elegido. Ayer por la mañana, Llaryora acompañó a los residentes del Hogar Padre Lamónaca que recibieron la primera dosis de la vacuna Sputnik V. En un operativo conjunto con el Gobierno de Córdoba, fueron vacunados 76 adultos mayores del geriátrico municipal que aceptaron voluntariamente recibir la inmunización.
“Estamos iniciando un proceso de vacunación junto con el COE, para los mayores de 60 años en geriátricos públicos. La Municipalidad y la Provincia trabajamos en conjunto desde el comienzo de la pandemia en una política sanitaria unívoca y generando políticas preventivas con un solo objetivo que es cuidar la salud de los vecinos”, destacó Llaryora.
Decíamos, como ya no todo es la pandemia, Llaryora desarrolló un eje que el Gobierno de la Provincia marcó como prioridad, aún en tiempos de vacas flacas. La inversión en obra pública será otra apuesta del jefe municipal que trabaja en espejo con Schiaretti, dato que no puede apartarse del perfil del sanfrancisqueño como opción clara para la pelea por la sucesión en Hacemos por Córdoba en el 2023.
Llaryora reconoció el malestar de los vecinos por el estado de las calles, situación natural en la ciudad que se potencia con semanas de mal tiempo, y el colapso de las cloacas. “Voy a anunciar más obras de bacheo, vamos a ir mucho más fuerte con cloacas. Con cloacas estamos haciendo obras históricas, pero no vamos a poder en un periodo arreglar la debacle de Córdoba de los últimos 20 años”, dijo al respecto a Radio Mitre.
El regreso del alumnado a las clases presenciales es otro punto que los popes de Hacemos por Córdoba alzarán como bandera. Este medio ya había anticipado que el Suoem puso como condición la vacunación del personal docente antes de volver a hablar de presencialidad. Llaryora tiene otra idea en mente.
El jefe del Palacio 6 de Julio ratificó que asumirá el modelo propuesto por El Panal, que combina trabajo en el aula y en el domicilio de cada estudiante. Incluso, para remarcar la prioridad que le asigna al tema, adelantó que hoy se reunirá con el ministro de Educación, Nicolás Trotta. A cierre de esta edición, fuentes municipales afirmaban que era muy probable que el funcionario nacional hiciera pie en la ciudad, pero que aguardaban la confirmación de la agenda.