Alberto Fernández y Carlos Caserio se reunieron en las oficinas que el presidente electo tiene en Puerto Madero, y allí se echó a rodar la posibilidad de que el senador deje la Cámara Alta para pasar a formar parte del gabinete nacional.
Aún no hubo respuesta al ofrecimiento, y tampoco trascendió el lugar que Caserio ocuparía si decidiera aceptar la propuesta. El senador solo anticipó que la oferta lo tomó por sorpresa y que pensaría en “lo más conveniente para Córdoba” para tomar una decisión.
Seguramente el senador evaluará los costos, beneficios y posibilidades para crecer desde ese puesto, debiendo tener en cuenta que la gestión venidera concentrará sus esfuerzos en Buenos Aires, y no en Córdoba. Por otro lado se debe reparar en el momento en el que llega la propuesta, cuando CFK ha intensificado su presión para lograr una bancada única en el Senado que responda a la mendocina Anabel Fernández Sagasti.
Alberto Fernández había ofrecido, en su momento, el control de la bancada peronista no k a Caserio. Pero un bloque unificado bajo una figura impuesta por Cristina coartaría esta posibilidad.
Sacar a Caserio del Senado serviría a CFK para remover a quien se perfilaba como principal referente del Peronismo Federal en la cámara, a la vez que allanaría el camino para la unificación de bloques bajo una figura netamente kirchnerista, aunque este movimiento tendría un costo colateral: quien sustituya a Caserio en su banca será, seguramente, alguien alineado con Juan Schiaretti.
A Caserio, en tanto, llegar a un ministerio de peso y con manejo de recursos le serviría como plataforma de lanzamiento para proyectos de alzada en el futuro, y a Alberto Fernández posicionar a un referente del peronismo cordobés distanciado del gobernador de Córdoba le permitiría hacer pié en la provincia, proyectando una construcción política a futuro y llevando tensión a la interna del justicialismo local.
Debe recordarse también que la tensión entre Alberto Fernández y Schiaretti parece mantenerse. El mandatario cordobés no ha sostenido reuniones con el presidente electo tras el 27-O y en recientes declaraciones ha reafirmado la importancia de “defender al campo”, posicionándose de antemano por el agro ante un probable intento de reflotar las retenciones por parte de Fernández.
Aunque, como se dijo, aún no se conoce la cartera en la que el cordobés recalaría de aceptar la oferta de Fernández, la proyección que un ministerio importante ofrece es innegable, y los cordobeses tienen buena información al respecto.
Rubén Américo Martí llegó al Ministerio de Desarrollo Social en 1989, durante la Presidencia de Ricardo Alfonsín, y dos años más tarde resultó electo como intendente de Córdoba ganando las 14 seccionales de la ciudad.
En cuanto al momento en que llegaría la respuesta del senador, hay versiones encontradas. El propio Caserio expresó que Fernández le dio la posibilidad de elegir libremente -pudiendo también permanecer en la Cámara Alta de creerlo conveniente- y de comunicarle su decisión sin apuros, en los próximos días.
Desde fuentes cercanas al albertismo se dijo que la definición, por el contrario, se daría en cuestión de horas.
Si así fuera, los cordobeses tendremos una notificación rápida y cercana: de no mediar cambios de última hora.
La salida de Caserio del Senado, finalmente, redundaría en un gran blindaje del kirchnerismo en el Congreso, ya que el espacio que lidera la ex presidenta se quedaría con la Presidencia de la Cámara Alta (para la propia CFK), con su Presidencia Provisoria (para Oscar Parrilli) y con la jefatura de la bancada oficialista en Diputados (para Máximo Kirchner).