El gobernador Juan Schiaretti recuperó el centralismo frente al manejo del COVID-19 y, pese a que hace tres días las autoridades sanitarias brindaron el último informe epidemiológico, el mandatario decidió encabezar ayer una nueva conferencia de prensa.
Allí ofreció un cuadro de situación en el que ubicó a Córdoba en mejores condiciones de afrontar y gestionar la pandemia que otras jurisdicciones y, por ello, pese a haber sido agosto el peor mes en término de contagiados y muertes, Schiaretti anunció el retorno de las reuniones familiares. Serían sábado o domingo, desde el fin de semana próximo.
Ponderando la estrategia local y con ello marcando claras diferencias en el manejo de la crisis con otras provincias, el gobernador reivindicó las libertades individuales, negó un retroceso de fase y habló de afrontar la pandemia “cuidando la producción”.
“Logramos el tiempo necesario para prepararnos sanitariamente, para armarnos con la estructura necesaria y tener la posibilidad de responder para que ningún cordobés se quede sin una cama para ser atendido”, dijo.
Colocar a la provincia como “una de las que mejores está” y desafiar al propio virus solicitando autorización a la Nación para que vuelvan los encuentros con la familia, fueron parte de un discurso con una fuerte impronta cordobesista.
Un apunte político sobre las esperadas reuniones familiares. Aunque nadie lo dirá por lo alto, la realidad es que la Provincia apunta a descomprimir el malestar social y clima de tensión que se vive desde hace semanas luego de los dos acontecimientos que golpearon de lleno en el Centro Cívico: la muerte de Valentino Blas Correas y el caso Solange. Allí radica una de las explicaciones políticas de por qué Córdoba, pese a atravesar el momento epidemiológico más complejo, quiere permitir de nuevo las reuniones. Incluso, cuando Nación las desaconseja y sólo las impulsa al aire libre.
Los números
Schiaretti informó ayer que la Provincia viene testeando casi el doble de lo que se realiza en promedio en el resto del país, lo que permite que Córdoba -dijo- pueda mantener su esquema de actividades habilitadas que hoy llega al 95 %.
A su turno, el ministro de Salud, Diego Cardozo, detalló que actualmente hay 320 localidades sin casos activos de los 427 municipios que componen el mapa provincial. Además, dijo que hay unos 190.000 cordobeses testeados con una confirmación de 8.117 casos, y que la positividad es del 10% en los últimos siete días.
El titular de la cartera sanitaria y autoridad del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) dijo que la provincia es la segunda del país en cantidad de camas críticas disponibles y que “no es casual que así sea, nos preparamos para el peor escenario y hubo una decisión política de adelantarnos”.
Cardozo aprovechó la oportunidad para pedir por la donación de plasma: “tenemos más de 3.500 personas recuperadas y necesitamos que nos ayuden donando plasma, porque eso no solo disminuye la estadía hospitalaria en la terapia intensiva, sino también disminuye la estadía cuando el paciente necesita intubación. En cuanto a la tasa duplicación de casos, es de 18,2 días”.