Antes de ceder los atributos a Alberto Fernández, el presidente Mauricio Macri cumplió su última visita oficial a la provincia que tantas satisfacciones políticas le dio desde que inició el armado de su partido porteño en este suelo, hasta el arrollador 61% de los votos que cosechó el domingo 27 de octubre. La incursión será corta: solo realizará un recorrido institucional para saludar a los empleados de Fadea, empresa que en varias oportunidades definió como el ejemplo concreto del “cambio” pregonado.
No habrá encuentros políticos como se especulaba entre el domingo y lunes apenas este medio anticipó la noticia.
Tampoco está previsto el recorrido de un tramo de la ruta nacional 19 como se barajaba semanas atrás. Incluso, Macri no tendrá la última foto con el gobernador peronista que ya cultivaba una vieja amistad por su pasado común en el sector automotriz y fue clave en la gobernabilidad nacional de estos cuatro años.
Juan Schiaretti no recibirá al jefe de Estado como solía hacerlo antes de la neutralidad que se impuso durante las PASO y extendió a la elección general. Desde el Panal informaron que el titular del Ejecutivo provincial tendrá agenda en el interior. En concreto, inaugurará la ruta a Las Gramillas.
Es probable que la relación entre Macri y Schiaretti haya quedado resentida. Fuentes de la Casa Rosada afirmaban antes del catastrófico resultado de las primarias que el apoyo del líder de Hacemos por Córdoba sería clave y la llave del triunfo. Fue el propio presidente quien armó un verdadero show mediático de esa cena en un restaurante de pleno centro con la intención de mover la balanza de las voluntades.
Pero la derrota amarilla de las PASO y el abierto apoyo que recibió la fórmula F-F por parte de los peronistas cordobeses liderados por el senador Carlos Caserio, obligaron a Schiaretti a mantener silencio y evitar pronunciarse sobre el modelo de país que prefería. En sus canteras defendieron hasta último momento el juego exclusivo con la boleta corta de diputados, y lo siguieron haciendo, cuando el escrutinio confirmó que seis de cada 10 votos cordobeses fueron para Macri y Miguel Pichetto. “Compartimos electorado”, repetían y repetían.
Y es ese votante común el que ilusiona a una buena parte del PRO, la que desde antes que Macri eligiera como compañero de fórmula al senador peronista recomendaba incorporar a miembros del PJ no K a Cambiemos. Precisamente fue el discípulo de Emilio Monzó y quien fuera el armador local del PRO, Nicolás Massot, quien volvió a agitar la necesidad de unirse a dirigentes que surfearon la grieta.
Mientras el presidente pide por la unidad de Cambiemos, Massot hizo una sugerencia que, a los socios radicales no les caerá simpática, y tampoco a buena parte de sus conmilitones. “Para volver al poder deberán tender los brazos a una configuración distinta y mirar a los que resistieron la grieta y tuvieron comportamiento responsable como Schiaretti y (Juan Manuel) Urtubey”, dijo el exjefe del bloque de diputados PRO a Radioinforme 3, conducido por Miguel Clariá.
En momentos donde los aliados no pueden ponerse de acuerdo sobre las relaciones que tendrán en la Legislatura o en el Concejo Deliberante de la ciudad, el guiño de Massot a Schiaretti incomoda.
Porque sólo la línea monzoísta que integran Massot, Darío Capitani, Gabriel Frizza y Javier Pretto se ha mostrado dispuesta a tender puentes con el Panal, aunque aclaran que no se trata de un transfuguismo político y niegan acuerdo alguno, al menos por ahora. Pero hay otro pelotón que juega en la interna amarilla que espera que Cambiemos se reconfigure sin perder miembros en el camino.
Coincide con aquellos dirigentes que no cuestionaron públicamente la estrategia electoral de Marcos Peña, como sí lo hizo Monzó y su núcleo interno. Por caso, el diputado Héctor “La Coneja” Baldassi se reunió ayer con Macri (harán juntos la ruta Buenos Aires-Córdoba para visitar Fadea) y le ratificó su apoyo como líder opositor. También tocaron el tema de la reconfiguración del PRO que tendrá su escala nacional con el desembarco de Patricia Bullrich a la presidencia partidaria.
El ex árbitro internacional de fútbol, viejo interesado en comandar el macrismo local, mantuvo una reunión con la ministra.
La atomización del PRO no termina allí. Habrá que conocer cuáles son las pretensiones en el PRO nacional y local de otras dirigentes alineadas con la Casa Rosada como lo son la senadora Laura Rodríguez Machado y la diputada electa, Soher El Sukaria. También, el intendente de Villa Allende y amigo de Macri, Eduardo “El Gato” Romero, salió a informar a través de sus alfiles que el presidente le prometió un rol clave en lo partidario y en el 2023.