Fueron dos meses de reclusión que terminaron ayer. El expresidente de la Nación, Mauricio Macri, reclamó centralidad pública al mostrarse junto al intendente del partido Tres de Febrero, Diego Valenzuela. Curiosamente, uno de los ganadores del 2019 en el Gran Buenos Aires, escribió en sus redes sociales que Juntos por el Cambio “llegó para quedarse en la política argentina”, frase que ilustró con la imagen del fundador del PRO.
La dirigencia amarilla empezó a moverse en todo el mapa, bajo las órdenes de la nueva titular de la fuerza que nació en Capital Federal, Patricia Bullrich. Las vibraciones de esos movimientos llegan hasta Córdoba, precisamente, al bastión electoral que renovará autoridades municipales el 29 de marzo.
La senadora Laura Rodríguez Machado, electa recientemente como vicepresidenta segunda del PRO nacional; el futuro secretario general del espacio, Eduardo Macchiavelli, y el ex secretario de Seguridad de la Nación, en representación de Patricia Bullrich, Gerardo Milman, estuvieron en Río Cuarto para mantener reuniones con los equipos técnicos del candidato radical Gabriel Abrile.
El exponente de Juntos por Río Cuarto –alianza integrada por la UCR, PRO, Frente Cívico y Coalición Cívica-ARI- logró sumar los apoyos partidarios para competir con el favorito de Hacemos por Córdoba (que logró sumar al kirchnerismo) y actual intendente de la ciudad, Juan Manuel Llamosas. Los retadores entienden que es una tarea complicada arrebatarle el Palacio de Mójica al peronismo, en especial, con el gobernador Juan Schiaretti jugando fuerte.
De todas maneras, entienden que en la capital alterna de la provincia hay un terreno fértil para trabajar con un objetivo posterior a los comicios: mostrar que Juntos por el Cambio todavía es potable y aprendió de errores del pasado. Cabe recordar que en las elecciones nacionales, el 52% de los riocuartenses prefirieron a Macri, contra el casi 32% que eligió a Alberto Fernández del Frente de Todos. Cierto es que quedó ampliamente demostrada la diversidad que cultivan los cordobeses en los sucesivos turnos electorales y las lecturas no pueden trasladarse linealmente para la confección de la estrategia local.
Sin embargo, con la intención de revigorizar la alianza, el PRO nacional envió a embajadores de su confianza para ponerse a disposición de los equipos técnicos de Abrile. La idea de trabajo propuesta es concreta: “pegar” al radical a la exitosa campaña del “Sí, se puede”.
La táctica de contacto directo de Macri con la gente explicó la remontada del resultado de las PASO y esperan que, aplicada a Río Cuarto, movilice al mismo electorado que se sintió interpelado, aunque el contexto sea diferente. Pero, el objetivo de mínima, es reforzar que la alianza sigue teniendo potencia en un escenario donde el descontento con la gestión de Fernández y la ausencia de un plan económico es favorable a los objetivos de los opositores.
La bajada de línea es clara: nacionalizar la elección de Río Cuarto para plantar la reactivación de Juntos por el Cambio en su nuevo rol opositor.
Cabe una aclaración. Nadie duda que la alianza sea la herramienta, pero debe darse el debate sobre sus conductores porque persisten las opiniones encontradas a lo largo y ancho del espacio que gobernó el país desde 2011 a 2015. En concreto, el exintendente Ramón Mestre en su visita a Despeñaderos removió rencores del pasado reciente y pidió por el liderazgo de la UCR.
“Hace tres días atrás se cumplió un año de la famosa llamada de quien era Jefe de Gabinete, Marcos Peña y del ex ministro del Interior Rogelio Frigerio, pidiéndome que me baje de la candidatura porque ellos había decidido que debería ser Mario Negri. Evidentemente que eso nos hizo mucho daño. Todo lo que yo dije en aquel momento se materializó: falta de democracia en la posibilidad de dirimir todo a través de una interna, el centralismo y el manejo del gobierno en esa instancia. El resultado estaba cantado”, expresó el presidente del centenario partido, según recoge el Semanario de la Región.
Y disparó: “El radicalismo tiene que liderar Juntos por el Cambio, por el peso, la cantidad de Legisladores en el territorio, las ciudades y comunas y las provincias que gobernamos. Y por la historia de la UCR”.