Gustavo Santos, presidente de la célula cordobesa de la Fundación Pensar -usina de cuadros del Pro-, pasó por Alfil Tv y dejó entrever el perfil que buscará cultivar en los próximos años para hacerse un lugar en la carrera por la Gobernación, en el aún lejanísimo 2023.
Puesto a ensayar un análisis del primer año de Alberto Fernández al frente de la Casa Rosada el ex ministro de Turismo de Mauricio Macri evitó las críticas furibundas y reconoció la complejidad del escenario planteado por la pandemia, aunque señaló que Argentina sufrirá a causa de ésta consecuencias más profundas que la mayoría de los países de región, y que en su primer año de Gobierno el Frente de Todos “confundió” la agenda y terminó intentando reprochables avances contra la Justicia y el sistema republicano.
Al opinar sobre la gestión del oficialismo provincial fue todavía mucho más cuidadoso. Lejos de buscar una confrontación con el Centro Cívico destacó la capacidad de gestión de Juan Schiaretti y sólo reparó en que sus mejores años al frente de la Provincia coincidieron con los de Cambiemos a cargo de la Casa Rosada, y en la necesidad de “preservar” la autonomía de Córdoba, aunque no respaldó las críticas opositoras que ven en algunos de los últimos movimientos del bloque Córdoba Federal una incipiente “kirchnerización” del peronismo local.
En cuanto al presente de Juntos por el Cambio dejó dos definiciones, la primera, su convicción de que el ex presidente Mauricio Macri seguirá siendo una figura central de la política Argentina en los próximos, liderando la entente opositora, la segunda, su optimismo respecto de que este espacio encuentre una pronta solución a sus tensiones internas.
Si bien se observa, la premura de Santos en declamar su interés por competir por la Gobernación en 2023 luce mucho más vinculada a una necesidad de posicionamiento interno dentro de Juntos por el Cambio que a una intención de erigirse en el primer opositor al peronismo de Córdoba, al que casi no critica, al que reconoce compartir parte de su base electoral con el macrismo, y con el que asegura conservar muy buenas relaciones tras su paso por la Agencia Córdoba Turismo, entre 2007 y 2015.
Quienes analizan la figura de Santos en la política cordobesa coinciden en reconocer en él una serie de fortalezas, a la vez que algunas otras debilidades.
En la primera columna aparece el fuerte apoyo que recibe de la mesa de conducción nacional de Juntos por el Cambio. Baste un dato para graficarlo: del acto virtual de lanzamiento de la Fundación Pensar Córdoba participaron nada menos que Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Todo el firmamento de las principales figuras del Pro a nivel nacional lo respalda.
Además se le reconocen buenas relaciones con el establishment económico de Córdoba, con buena parte de los intendentes del interior y con diversos sectores del peronismo local.
Incluso quienes marchan al frente de la renovación peronista sienten alguna incomodidad con una virtual candidatura de Santos, por entender que podría cooptar, llegado el caso, a dirigentes del PJ que no se sientan bien recibidos por el recambio generacional que promete darse en Hacemos por Córdoba cuando Schiaretti termine su último mandato al frente del Centro Cívico.
Sin embargo también reconocen algunos puntos flacos. El primero de ellos, un bajo índice de conocimiento en la sociedad. El segundo, una falta de estructura propia. Sus “padrinos” políticos tienen mucho que ver con estos dos apartados.
La excelente relación de Santos con el recientemente fallecido Mario Pereyra era bien conocida por todos. La ayuda del difunto director artístico de Cadena 3 -quien probablemente haya sido el mayor formador de opinión en la provincia durante las últimas décadas- hubiera resultado invaluable para el ex presidente de la Agencia Córdoba Turismo en una aventura electoral por la Gobernación. Sin ella construir una imagen reconocida en toda la provincia será más dificultoso y demandará una mayor exposición sin riesgos controlados.
El éxito del hipotético candidato en las riñas internas de Juntos por el Cambio estará, a su vez, influido por el lugar que el futuro le guarde a Macri en el escenario nacional. Con un agravante:el archivo no reconoce antecedentes venturosos a las intromisiones del ex presidente en la interna cordobesa de la Unión Cívica Radical. La última vez que el heredero del grupo Socma intentó ungir con su índice a un candidato la alianza voló por los aires y el peronismo cosechó su mejor resultado electoral desde el regreso de la democracia.