“En Córdoba el federalismo no se declama, se hace”, repite como una de las frases electorales de cabecera el gobernador Juan Schiaretti en cada uno de sus discursos públicos.
Con un tono político de un anti “porteñismo” cada vez más radicalizado, el mandatario provincial que por su rol en la campaña empujó a un segundo plano a las candidatas Alejandra Vigo y Natalia de la Sota, busca terciar en la pulseada electoral entre Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
Jugado el todo por el todoy en un posicionamiento poco habitual por cómo suele moverse en las elecciones de medio término, Schiaretti exagera condiciones políticas de Hacemos por Córdoba (hasta ahora matizadas deliberadamente) con un claro objetivo: capitalizar el rechazo del cordobés a la gestión nacional manifestado en las PASO. El anti kirchnerismo que ahora suda el peronismo cordobés, es la muestra más acaba de que ese es el propósito.
El schiarettismo pasó de coquetear con el Frente de Todos para intentar anclar la unidad en Córdobaa decir que son “el agua y el aceite” y atribuirle al actual gobierno y al anterior de Cristina Kirchner la génesis de los males estructurales del país.
Es cierto, ahora en su crítica sumantambién en esa línea de responsabilidades los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri, a quien en algún momento Schiaretti reconoció como “amigo”. En definitiva, el peronismo provincial sale a pelearle a Juntos por el Cambio la franja de electores que comparten.
Y en esa línea de sobreactuación política mientras corre el reloj electoral, Schiaretti decidió afinar su estrategia y levantar el perfil de dirigente “federal” con intenciones de pararse, justamente, en la otra orilla de lo que le objeta al kirchnerismo: beneficiar con los recursos nacionales sólo a Buenos Aires.
El gobernador busca demostrar que en Córdoba el oficialismo le da igual trato a los 427 municipios, sin discriminaciones ni distinciones partidarias. Para ello, el Panal diagramó una agenda de actividades que, en plena campaña, lo muestra a Schiaretti firmando convenios con intendentes “opositores”.
El jefe de Hacemos por Córdoba sigue acumulando fotos con alcaldes de Juntos por el Cambio e, incluso, con ex schiarettistas ahora enrolados en el Frente de Todos.
Los macristas Eduardo “Gato” Romero de Villa Allende y Pedro Dellarossa de Marcos Juárez encabecen, quizá, el listado de jefes comunales que más veces recibieron al titular del Ejecutivo cordobés estas últimas semanas. Si bien, en teoría, se trata de visitas institucionales, la realidad es que el discurso electoral de Hacemos por Córdoba siempre está presente. Incluso, delante de los propios alcaldes no- PJ.
Por ejemplo, llamó la atención que en el almuerzo convocado por Schiaretti y las candidatas de Hacemos por Córdoba para empresarios y productores de Marcos Juárez el sábado pasado, estuviera allí sentado el propio Dellarossa.
Como modalidad, últimamente el gobernador visita una localidad, se muestra con el intendente en el marco de la firma de algún acuerdo por obras, y luego, más tarde, encabeza en ese mismo lugar o en otro punto del departamento un acto político con la dirigencia y militancia peronista.
Hoy hará algo así en Punilla. Esta tarde, Schiaretti le hablará a su tropa en la ciudad de Carlos Paz en un distrito que acompañó de manera contundente la boleta de Luis Juez y Rodrigo De Loredo el pasado 12 de septiembre, pero donde el peronismo provincial busca ampliar la diferencia lograda con la lista del Frente de Todos.