No habrá una “columna Córdoba” hoy en la Plaza de Mayo, como alguno imaginó, pero si cordobeses celebrando en Buenos Aires la asunción de Alberto Fernández y Cristina Fernández a la presidencia y vice de la Nación. Una veintena de colectivos partieron anoche de distintos puntos de la ciudad de Córdoba y del interior provincial con militantes que festejarán el regreso del peronismo al gobierno nacional. Son kirchneristas de siempre y albertistas nuevos, mayoría vinculados a la agrupación La Cámpora que conduce la diputada Gabriela Estévez, pero también muchos de las diversas organizaciones militantes, del espacio del diputado Pablo Carro, de los partidos políticos del Frente de Todos, del Movimiento Evita y del partido Parte que comanda Enrique Asbert.
Ninguno de los buses será del PJ provincial ni tendrá el sello del gobernador Juan Schiaretti, que se mantuvo al margen de la construcción albertista-cristinista y que hoy tiene el vínculo freezado con los futuros inquilinos de la Casa Rosada.
Schiaretti viajó ayer por la tarde a Buenos Aires para participar de la asunción de Alberto Fernández hoy por la mañana. Del gobierno provincial se encargaron de dejar en claro que no se producirá ningún “aparte” o encuentro privado entre el cordobés y Alberto o alguno de sus alter egos, Wado de Pedro y Santiago Cafiero, designados ministro del Interior y jefe de Gabinete respectivamente.
Desde la web de Prensa de la Gobernación indicaron que el mandatario regresará a Córdoba al finalizar la ceremonia del traspaso de mando en el Congreso de la Nación, pasado el mediodía según los tiempos que se manejan allá. Por lo tanto, el cordobés no iría a la Casa Rosada a la jura de los ministros, ni participaría de las otras actividades oficiales del cambio de mando.
En ese marco, el gobernador partió a Buenos Aires no sin antes dejar un mensaje “recargado” a las nuevas autoridades nacionales y posiblemente al propio Alberto, que la semana pasada criticó el llamado “cordobesismo”, marca en el orillo de los gobiernos de Schiaretti y de José Manuel de la Sota para diferenciarse del kirchnerismo-peronismo nacional.
El mensaje en cuestión fue más cordobesismo a través de un afiche sin margen para ambigüedad semiótica.
Ayer al mediodía aparecieron en las grandes carteleras de la ciudad gigantografías firmadas por el Gobierno de la Provincia con el mensaje “Entre todos cuidemos a Córdoba”, enfatizando con letras más grandes el imperativo de la frase. El mensaje es el mismo que sostuvieron Schiaretti y sus candidatos a diputados durante la reciente campaña electoral, y fue el principal argumento del gobierno y mantener la prescindencia electoral ante la fórmula del peronismo-kirchnerismo.
El afiche está ilustrado con la bandera de Córdoba y el bastón de mando del gobernador (el que tomará por tercera vez esta noche a las 19 horas) y lleva los colores de la iconografía de Hacemos por Córdoba, la coalición oficialista que gobierna la provincia desde hace 20 años (antes Unión por Córdoba). Arriba de la leyenda principal, la frase “Nuevo período democrático 2019-2023”. Abajo, la firma “Gobierno de la Provincia de Córdoba”.
Todo un gesto de comunicación política que dice que Schiaretti pretende negociar con la Nación no desde la necesidad, como destacó Alberto al recordar las urgencias de la Provincia en términos de Caja de Jubilaciones y de vencimiento de deuda en dólares, sino desde una posición de fuerza política.
Nexos
Mientras tanto, dirigentes nacionales buscan tender puentes. En declaraciones al diario Perfil de Buenos Aires, el jefe del Movimiento Evita y próximo funcionario nacional, Fernando “Chino” Navarro, sostuvo que “Córdoba no es una provincia díscola” sino que está marcada por la falta de respuesta de Cristina Kirchner a la provincia durante el levantamiento policial de diciembre de 2013. Y, tras interpretar la decisión de Schiaretti de no acercarse a los Fernández como un antígeno para defender su caudal electoral, dijo que es necesario “reconstruir la relación con Córdoba”. Navarro es interlocutor del schiarettismo y sobre todo de la diputada Alejandra Vigo, esposa e integrante de la mesa chica del gobernador. De hecho, el Evita es parte del oficialismo hoy en Córdoba, con un legislador provincial y varios cargos en el Ejecutivo.
“Lo que tenemos que hacer es buscar la forma de reconstruir confianza. La prioridad hoy no es convencer a Schiaretti de que nos vote, sino que trabajemos juntos para resolver los problemas de Argentina”, sostuvo.
Gran parte del trabajo de reconstrucción de relaciones del nuevo gobierno nacional con Córdoba recaerá, por su rol como ministro del Interior -cargo que asumirá esta tarde, y su perfil político y personal, en Wado de Pedro, el joven abogado que proviene de La Cámpora y que tiene la mayor confianza del futuro presidente. De Pedro triangula perfecto, como ninguno otro del gabinete, con Cristina y con Alberto Fernández.
Los albertistas que hablaron con este diario indicaron que “se está trabajando mucho” para aceitar un canal entre Schiaretti y el futuro ministro del Interior. Y otros ven como antecedente el inesperado acuerdo de un año atrás entre el PJ, el kirchnerismo y Alternativa Federal (donde se ubicaba y se ubican los diputados de Schiaretti) para imponer a Wado De Pedro y a Graciela Camaño (que hoy continúa en sociedad con los cordobeses en el Interbloque Federal) en el Consejo de la Magistratura, como consejeros titulares, y a Vanessa Siley y al cordobés Martin Llayrora como suplentes, en detrimento de un lugar que reclamaba Cambiemos.