El gremio de los municipales se reconoce mayoritariamente peronista –aunque conviven otras identidades partidarias, por supuesto- pero la condición no sería suficiente para que la comisión directiva del Suoem suscriba a un pacto de gobernabilidad con Martín Llaryora, próximo intendente de Córdoba desde las cero horas del 10 de diciembre.
Aquí no aplicarían las conversaciones que tiene el presidente Alberto Fernández con los “gordos” de la CGT nacional o el gobernador Juan Schiaretti con los secretarios generales José Pihen (SEP) y Juan Monserrat (UEPC) que aceptaron la caída de la cláusula gatillo y una recomposición salarial del 4% para noviembre y enero, más sumas fijas.
En el Suoem repiten que ellos no son como sus pares provinciales. Claro que no. El nivel salarial del empleado de la ciudad dobla la media salarial del Estado provincial, por citar un ejemplo clave y en reiteradas oportunidades lograron torcer iniciativas oficiales siendo los casos más emblemáticos los proyectos de Ramón Mestre de Ventanilla Única, los concursos o el ESOP. Todos proyectos que sufrieron adaptaciones drásticas para lograr viabilidad.
El proceso de transición llega a su fin y en la comisión directiva refunfuñan porque, supuestamente, no habrían sido citados por dirigentes del sucesor de Ramón Mestre. La incertidumbre alimenta alguna fantasías sobre la eventual aplicación del “modelo Panal” en el Palacio 6 de Julio.
La cláusula gatillo automática y bimensual para el reajuste de haberes permitió a los agentes del Palacio 6 de Julio sacar una posición digna en la carrera contra la inflación. Tomaron como un pésimo antecedente que Schiaretti haya suspendido este procedimiento con sus empleados y que los gremialistas hayan mostrado empatía con las finanzas municipales en rojo. El Suoem espera que ese sea el primer tema de la agenda conjunta con Llaryora porque el acuerdo vigente vence en diciembre.
Otro aspecto que inquieta a las bases sindicales es la posibilidad –no confirmada oficialmente, por cierto- de tercerizar el cobro de impuestos y tasas municipales como ocurre en la jurisdicción superior.
La declaración de la emergencia económica que preparan los nuevos inquilinos del Palacio 6 de Julio no hace más que disparar las alarmas en las reparticiones.
La lista de preocupaciones se engorda con la política de bonificaciones, prolongaciones de jornada y horas extra que el nuevo equipo municipal deberá autorizar. ¿Revisará caso por caso? ¿Buscará tener un mapa claro de las finanzas municipales antes de autorizar nuevos pagos? Algunas de las preguntas que se mechan con las dos versiones que se escuchan en el Centro Cívico sobre la relación que debe mantenerse con el Suoem. Están los moderados, por supuesto; y aquellos que recomiendan ir al choque porque la economía no deja margen para la negociación.
Como sea, a pocos días de sustanciarse el cambio de signo político en la Municipalidad, ya se escuchan las advertencias de dirigentes con peso propio en el Suoem. Ayer, a través de sus redes sociales, el secretario adjunto de los municipales, Daniel Fernández, hizo un pedido de “unidad” al que adosó la preocupación que se respira en las dependencias.
“Queridos compañeros y compañeras municipales, es importante que tomemos conciencia que nuestro fin y única meta es la unión. Sabemos perfectamente que los momentos que se avecinan son difíciles”, describió.
Y deslizó la sutil advertencia para los que vienen: “Hay una sola forma de poder detener cualquier avance de la patronal o de aquellos que fueron elegidos por el pueblo y quieran sobrepasar los derechos de los trabajadores. Esa forma, es la unión, más allá de las ideas políticas de cada uno”.
El gremio municipal atravesará un nuevo proceso electoral interno el año que viene y es probable que los conflictos que quedaron bajo la alfombra tras la salida de Rubén Daniele vuelvan a destaparse. La interna no debería ser una oportunidad para el peronismo gobernante, el consejo que comienza a escucharse.