Sobre “picardías” que son delito (además de zonceras)

Ignacio Rivadavia: “Estimado Íñigo: En vez de enfocarte en tienditas de venta de calzoncillos que, como bien decís, no venden ni $ 10 más con esta avivada (nota aquí), deberías trasladar esto a los grandes del empresariado local, que hacen millones en base a la copia. Por citar un ejemplo, la política de desarrollo de Arcor, denominada `Me Too´, consiste en copiar los productos de la competencia, y comenzó cuando `crearon´ el Bon o Bon, mucho después que Garoto tuviera el Serenata de Amor. ¿O es que no notaste que sus helados son iguales a los Frigor? Los ejemplos abundan, y van desde empresas familiares de más de 125 años, hasta conceptos de fondo, estéticos y de edición, de micros informativos sobre actualidad empresaria. Claramente, por el vicio del que hablamos, que tiene su origen en la falta total de confianza y estima en uno mismo y en el medio, Córdoba no ha podido crear (justamente) una identidad más allá del humor y el cuarteto. Y estoy seguro que eso incide en la dependencia que tenemos del centralismo porteño, del que tanto nos quejamos, y ante el cual tanto nos bajamos los pantalones antes, mucho antes, de que nos lo pidan”. (NdelE: Aunque evidentemente no es tu nombre verdadero, publicamos tu opinión porque sin duda pertenece a un tipo inteligente con cierta cuota de mala leche y algo temoroso de dar la cara...).

Alfa Pampa: fabrica más de un millón de alfajores por mes y quiere seguir creciendo (facturación proyectada: $ 4.000 millones en 2026)

En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.