Un tipo rudo que se maquillaba y una palabra mágica: relájense
Federico: “Conocí a un tipo que se maquillaba una mancha de nacimiento pero se afeitaba a la navaja. Era un lujo verlo afilarla. También se cortaba el pelo solo y se curaba las heridas que se hacía de levantar las paredes con que fué haciendo su casa. 9 hijos tenía y vivía en medio del campo. Se las curaba con un cacho de alcohol para que cicatricen, bien a lo macho. Y sin embargo cuando lo invitaban a una fiesta de alguna lugareña, este tipo se mezclaba unas sombras y se las esculpia sobre una mancha de nacimiento. Ese tipo era mi abuelo. Levantaba paredes y tenía unas manazas ásperas con las que ensillaba el caballo y salía con verduras a cambiarlas por pedazos de carne con el vecino mas cercano. Era bien viril y la tenía reclara con las minas del campo. Yo me acuerdo de una vez que lo vi poniéndose ese menjunje y le pregunté con toda la libertad que te otorga la infancia: “¿Abuelo, por qué te maquillás?”. Y me dijo: “No es maquillaje de minas; yo soy un "pituco"”. Él era eso, un macho de tango, un pituco. Y a la hora de ir a la fiesta no dudaba en taparse la mancha pa´ verse mejor. La tenía clara (a la mancha). Y la tenía reclara (a la vida). Hoy lo recuerdo y que querés que te diga: si tuviera que correjirme algo para algún evento que lo amerite, lo haría. No será un caballo, será un auto. No será una fiesta campera, será una fiesta empresarial o algo así. Y calculo que no será un "revoque", sino algo mejorado y acondicionado a estos tiempos. Y capaz que no lo hago sólo. Tal vez la llame a esta piba (por María José Primo, la que inició este debate con su “make up” para hombres) y de paso la conozco, ja. Saludos y relájense”.
Debate cerrado, ¿me parece, no? (Pero si querés leer más, clic aquí).