Una duda existencial: ¿las imprentas son todas iguales?
Raquel Flores: “Íñigo, quiero a través de tu diario, no sé si abrir un debate, pero por lo menos sacar mi duda sobre un rubro que es `un mal necesario´: las imprentas. Durante todo el 2008 trabaje con ellas. Tengo negocios y he tenido que realizar diferentes acciones de comunicación, y además imprimo una guía que contiene un imán, todos los meses. En la mayoría de los casos tuve problemas. Te nombro algunos y `sólo algunos´: 3, 4 ó 5 días en enviarte un presupuesto (Ej.: 3.000 volantes ilustración, full color, nada raro); jamás respetan los tiempos de entrega de los trabajos; mala calidad de impresión; y como si fuera poco, si es un laburo grande, entre los paquetes, te encontrás con docenas y docenas y hasta cajas enteras de trabajos no terminados. Me pregunto, ¿tuve mala suerte o todas son así? Y mirá que anduve por varias, ¿eh? ¡Y bastante conocidas! Cómo habrá sido mi experiencia, que dí marcha atrás a un proyecto que iba a emprender este año, donde las imprentas jugaban un papel muy importante. Tengo que seguir trabajando con ellas… no me queda otra, son `un mal necesario´, pero yo consulto y consulto y me dicen que todas son así y así lo fueron siempre. OK. Pero... ¿no se puede plantear un cambio? Gracias Iñigo por permitirme un espacio, ¡saludos!”.
Debate abierto (y derecho a réplica a los imprenteros).