Y qué hacer frente a esto
Martin de Olmos: “Creo que lo que da tanta rabia de lo empleados municipales no es tanto el monto de los sueldos, sino que lo obtienen trabajando poco y mal. El caos generalizado que hay en la municipalidad irrita. Por empezar, existen muchos más empleados de los que el municipio necesita, y los servicios son pésimos. La gente se elije a dedo o por parentesco y no por concurso o por antecedentes. La atención en general es mala o pésima. La mayoría de los trámites siempre son complicados sin ningún sentido (`para qué hacerlo fácil, si se puede hacer difícil´)... Dejo una pregunta: ante la indignación que esto produce y las falta de respuestas, ¿qué nos queda? ¿Llamar a todos los ciudadanos a una rebelión fiscal?".
Coletazos de un debate central para la ciudad, aquí.