Y usté... preguntará por qué lloramos...
Dario Groppo: “Íñigo, cuando vos ves que en un país que se acostumbró a las crisis (externas, internas, o ambas) se dejan pasar oportunidades como la de los últimos 5 años -que podría haber sido el comienzo de un país en serio, tal cual rezaba el slogan oficial- y lo echás todo a perder por la ambición de poder del gobernante de turno (éste, sin precedentes), creo que es motivo suficiente para ponerse a llorar. No hay que mezclar los tantos: una cosa es llorar por como te fue económicamente este año y otra es sufrir por el país que no querés para tus hijos, independientemente de cómo te vaya, entre crisis y crisis, a esto ya lo sabemos... unos años re-bien, otros normal, y otros re-mal. Creo que en esta crisis lloramos de bronca e impotencia por lo que deberíamos ser y por lo que realmente somos. Un abrazo”.
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