El golpe de timón que imprimió la gestión Milei a la economía logró en su primer mes calendario completo (enero 2024) un doble superávit en las cuentas públicas:
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Superávit fiscal: no solo superávit primario (ingresos menos gastos corrientes) de $ 2 billones, sino también superávit financiero (lo anterior menos intereses y capital de deuda) por $ 518.408 millones.
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Superávit comercial: con exportaciones por US$ 5.498 millones e importaciones por US$ 4.601 millones, el saldo (superávit) comercial fue de US$ 797 millones (en enero de 2023 tuvimos un déficit de US$ 433 millones).
La ortodoxia económica siempre resalta como signo de salud de una economía que tenga superávit “gemelos”, es decir, que el Estado recaude más de lo que gasta y que el conjunto del país exporte más de lo que importa.
En sentido contrario, los “gemelos malos” son tener saldos en rojo en ambas cuentas, gastando más de lo recaudado e importando más de lo exportado.
En Argentina, la última buena racha de “gemelos buenos” fue en los inicios del gobierno de Néstor Kirchner, cuando tras la “licuación” de Remes Lenicov, el país salió velozmente del ciclo recesivo y tuvo 5 años de crecimiento a “tasas chinas”.