Los cambios centrales que dispuso dicha ley están ligados a una modificación en el plazo de los contratos de locación, estableciendo una duración mínima de 3 años para los mismos, y un ajuste anual respecto al valor de alquiler calculado en base al Índice de Contratos de Locación, ICL. Tales modificaciones no surtieron los efectos que perseguían inicialmente, sino que fueron perjudicando lentamente a los actores fundamentales de esta orquesta. Propietarios e inquilinos se encuentran inmersos en un panorama poco favorable e incierto.
Para los propietarios, una de las principales dificultades radica en la limitación de aumentos de alquileres. Restricción que puede resultar problemática especialmente en situaciones en las que los costos operativos aumentan considerablemente y la inflación creciente no da tregua. La baja rentabilidad incentivó a que se de un retiro histórico de inmuebles del mercado de alquileres, destinando los mismos hacia alquileres temporarios y operaciones de venta. Como consecuencia, no sólo se redujo la oferta disponible de propiedades en alquiler sino que también se elevaron los cánones locativos.
Los aumentos anuales, que alcanzan un ICL actual de 3 cifras, dificultan además la capacidad de los inquilinos de afrontar los pagos mensuales debido a que los montos se duplican de un año a otro sin escala e inevitablemente así muchos inquilinos se endeudan u optan por rescindir sus contratos.
Además, la extensión de los contratos de alquiler a 36 meses generó incertidumbre para los propietarios que deseen disponer de su propiedad en un plazo más corto o por necesidades específicas de uso.
En un panorama como el que atravesamos, donde la rentabilidad de los propietarios es cada vez más baja, la morosidad crece y la inflación no da tregua, el rol de las garantías se vuelve indispensable para llevar tranquilidad a quienes apuestan a poner sus propiedades en alquiler. Las garantías tradicionales son poco accesibles para los inquilinos y además conllevan un proceso engorroso en caso de que tengan que ejecutarse perjudicando notablemente a las partes involucradas. Hablar del estado de la propiedad complejiza aún más los problemas que puedan presentarse.
En lo que respecta a garantías de fianza, se presentan como una modalidad que supera a las garantías tradicionales. Tal es el caso de la garantía de Locativa, una herramienta indispensable, tanto para quienes no poseen garantías propietarias, como también a la hora de dar seguridad y respaldo al locador para la celebración de contratos de locación debido a que Locativa no solo responde ante incumplimientos, sino que lo hace hasta la efectiva restitución del inmueble y en las mismas condiciones en que fue entregado inicialmente.
En un año electoral donde las expectativas de modificaciones de ley son muy bajas, es indispensable centrarnos en aquellas herramientas que faciliten el acceso al alquiler y devuelvan a los propietarios la seguridad que necesitan para destinar sus propiedades en operaciones de alquiler sabiendo que estará debidamente respaldado.
La firma del grupo Rosental Inversiones, una empresa con más de 40 años de trayectoria en el mercado, con convenios tanto con Cámara de Corredores Inmobiliarios de la Provincia de Córdoba como Colegio Profesional de Inmobiliarios Córdoba, busca dinamizar el mercado inmobiliario ofreciendo no solo una solución ágil y 100% online, con requisitos mínimos que se adaptan a cada persona, a la hora de tramitar la garantía de alquiler sino también un sólido respaldo y rápida respuesta frente a posibles incumplimientos que puedan presentar los inquilinos.
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