Peñón del Águila, tranqui o movido, vos elegís.
Había leído varias notas y escuchado muchos comentarios sobre Peñón del Águila, pero hasta este fin de semana nunca lo había visitado. Síntesis: superó mis expectativas. Desde el acceso por La Cumbrecita (también se puede entrar con vehículo un kilómetro antes) vía jeep o “trencito”, hasta la recepción en el predio de la “Aventura Alpina”, Sergio Roggio y su equipo resuelven muy bien cada momento de verdad. Si vas con amigos, podés tirarte en las tirolesas y subir tu adrenalina un rato. Si vas con chicos, tenés para pasear y muchos rincones para que tengan un lindo día al aire libre. El restaurante, muy bien en su propuesta de carta y precios. Y el broche de oro: la obra de teatro “Leyenda de Gambrinus”, impecable en su guión y su “cordobización” (foto). La verdad, una visita obligada para los cordobeses en esta primavera.