Dentro de las actividades que la empresa sumó, como la oportunidad de diálogo y networking con los colegas de Atlas Copco, hay un comité por cada país presidido por el manager de la compañía y los profesionales del área de recursos humanos que se encargan de hacer realidad este objetivo. Además, se asignaron embajadores quienes ayudan a detectar distintas oportunidades y actúan como agentes de cambio.
Según estadísticas del Ministerio de Educación de la Nación, si bien las mujeres son mayoría en las universidades: 58 % de la población estudiantil, cerca del 83% concentra su elección en ciencias sociales, humanas y de la salud; mientras que sólo el 17% en carreras básicas y aplicadas.
La situación no es muy diferente en el área de ingeniería, donde la matrícula femenina es muy baja, concentrada en pocas especialidades como ingeniería en alimentos (70%), ambiental (62%) y en recursos naturales (63%). Siendo en ingeniería eléctrica, electromecánica y mecánica sólo el 6% del total.
“Para 2030 nuestro objetivo es alcanzar un 30% de mujeres en áreas técnicas y operacionales. Queremos impulsar un cambio cultural y social en el que cada vez más mujeres vuelquen su vocación hacia las carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática, que ofrecen muchas oportunidades laborales. Es una tarea difícil porque estamos en una industria tradicionalmente masculina y existe una gran brecha en el balance de género, que estamos corrigiendo”, señala Mariné Abecasis, Gerente de Recursos Humanos de Atlas Copco.
Para la empresa es clave el bienestar de los empleados para incrementar la productividad y eficiencia de sus operaciones. Carla Janke es Técnica Electromecánica recibida de la Escuela Técnica Nro.1 Hipólito Bouchard de Escobar. Se unió a Atlas Copco en 2015 como Técnica de Servicio para la división Compressor Technique del área de negocio Compressor Technique. Su padre era mecánico de automóviles y creció compartiendo mucho tiempo con él en el taller y aprendiendo cómo hacer que las cosas funcionen.
“En Atlas Copco encontré lo que siempre quise hacer y lo que había imaginado que iba a hacer cuando era chica. Visitar a un cliente como técnico de servicio es inicialmente un desafío. No todos confían en una mujer para reparar sus máquinas, un trabajo que tradicionalmente fue realizado por hombres, pero sé que soy capaz de hacerlo y puedo demostrarlo con mi trabajo”, señala Janke. “Cuando logro cumplir sus expectativas, siento que gané la batalla. Todo lo que puedo decir es que esta es una experiencia única y que si realmente quieres hacer este trabajo solo tienes que confiar en vos misma”.