El de los residuos es un negocio con una complejidad propia y en plena transformación. Con más de 50 jugadores en la escena local, Conte-Mas es uno de las más grandes y está entre los 10 que cuentan con habilitación municipal. Por eso es una categoría “enrarecida” por la competencia desleal. Una de las claves del crecimiento sostenido de esta empresa está en la conciencia genuina en la sustentabilidad y el reciclaje. “Además, en casi 40 años no tuvimos nunca un cheque devuelto”, aseguran. Lealtad comercial, le llaman; allí otra clave.
Con el alma verde
Para Conte-Mas los residuos no se dividen en “secos” y “húmedos”. O sí. Pero en mucho más que eso, también. Dependiendo de dónde venga lo que tienen que “recolectar”. De la construcción generalmente se quedan con el resto de obra que, en la mayoría de los casos, es material que luego se reutiliza para relleno o nivelación de terrenos. Eso se deposita en Chacra de la Merced o pasando el Aero Club sobre camino a 60 Cuadras. Son los dos lugares que la ciudad de Córdoba habilita para este tipo de residuos. Luego, y proveniente de la industria principalmente, se encargan del destino final de residuos sólidos urbanos que son depositados en el predio de la Ruta 36.
Pero claro, Emilio y Federico Marziale (hijos de Gabriel) y, Valeria Ramos (hija de José) y a cargo de la gerencia general de la empresa, son herederos también de un “modo de hacer” ecológico, responsable y sustentable. Por eso hacen docencia en la separación de basura fundamentalmente. Y no se quedan en esta dicotomía: resto de obra-residuo sólido urbano. Apuestan fuerte a la concientización en industrias o en los barrios donde trabajan para que los ciudadanos separen el material reciclable: vidrios, cartón o metal y luego los reubican en puntos verdes.
“Además toda nuestra flota está monitoreada mediante sistema de seguimiento satelital, para que nuestros clientes y las autoridades municipales sepan la ruta escogida para el transporte de los residuos generados”, dice Gabriel Marziale.
Mucho más que contenedores
“Si bien la empresa nace ofreciendo contenedores, con el tiempo fuimos anexando servicios satélites para la construcción y también para la industria”, explica Emilio Marziale (29), representante de la segunda generación familiar y a cargo del área comercial. (Emilio también tiene a su cargo la vicepresidencia de AJE - Asociación de Jóvenes Empresarios).
Hoy sus servicios que se estructuran así:
Servicios para la Construcción:
- Contenedores de 5 metros
- Baños químicos
- Obradores de diferentes medidas
- Módulos de oficinas
- Garitas de vigilancia simples o dobles
- Servicio de hidrogrúa (ahí, por ejemplo, trabajan en la obra del cierre de anillo circunvalar)
- Servicio de traslado de líquidos cloacales
Servicios para la industria:
- Contenedores que se adaptan a la necesidad de cada industria. “No es lo mismo lo que genera un mall que un restaurante”, aclaran.
- Boleterías
- Habitables
- Compactación
Con 24 camiones y centenares de contenedores, baños químicos, obradores y garitas, es un negocio “de volumen” (tienen dos predios que juntos suman más de 7.000 metros), pero la premisa es tenerlos lo más despejados posible. “Ese es un signo de que la cosa anda bien. Cuando el depósito está lleno de contenedores u obradores, entonces allí comienzan los dolores de cabeza. Tratamos que los contenedores no vuelvan nunca”, aclara Federico Marziale (22), a cargo de las áreas financiera y de sistemas.
El año pasado renovaron, con mucho esfuerzo, algunos camiones. “La meta es seguir renovando unidades para seguir ahorrando en combustible y ser más eficientes y sustentables. Estos meses hemos frenado un poco porque estamos esperando que aclare un poco el panorama”, cuenta Marziale padre.
Vef Ambiental, la “hija” de Conte-Mas
Con el empuje de las generaciones jóvenes, Valeria, Emilio y Federico (de sus iniciales se desprende el nombre comercial) crearon Vef Ambiental. “Nació gracias al aporte de Conte-Mas, pero el core de esta nueva empresa es hacer recolección diferenciada en barrios cerrados. Como cada barrio tiene que buscarle la salida a sus residuos y tiene que hacerlo con una empresa habilitada por el municipio la creamos hace dos meses”, describe Emilio. La clave, una vez más, es la capacitación y la consultoría a los vecinos para crear el punto de recolección. “Allí generamos islas ecológicas donde los vecinos dejan sus residuos y a la vez funcionamos como nexo con asociaciones civiles que reciclan”, sigue Valeria Ramos.
Por ahora, comenzaron con dos barrios de la zona de Valle Escondido. Uno de ellos es Santina Norte.
Producción: Soledad Huespe
Fotografía: Virginia Huespe