En paralelo, en los últimos meses, en la Torre Eiffel se hicieron reformas para disminuir el consumo energético mediante el aislamiento de sus pabellones, la instalación de paneles solares para el agua caliente y la recuperación de aguas de lluvia.
Casi 7 millones de personas visitaron el año pasado el monumento, de 324 metros de altura levantado para la Exposición Universal de 1889 y que en la actualidad consume 6,7 GWh (Gigavatio/hora) para climatización, calefacción, ascensores e iluminación.