En 1967 Renault contaba ya con participación mayoritaria en IKA, y justamente durante aquel año el modelo que comenzaba a ser denominado como la insignia nacional llegaba al mismísimo Turismo Carretera, donde se generó una verdadera revolución generacional, incluso con una victoria en su primera aparición.
Pero esa no fue su única carta de presentación: para concebir el Torino se acudió al mismísimo Pininfarina, quien dibujó sobre la carrocería originaria del Rambler 440, producido por American Motors Corporation (AMC) en Estados Unidos, una variante algo más elaborada, o “italianizada”.
Torino: 55 años de historia para un hito
El concepto que solicitó IKA fue ni más ni menos que algo similar a lo que Ford había hecho en 1964 al concebir el Mustang: otorgar en un auto americano un aspecto ciertamente italiano, con impronta deportiva, pero a la vez delicada y de buen gusto. La primera serie del Torino, fabricado hasta 1970, fue el que contó con mejor calidad de materiales y detalles de alta categoría.
Pero en 1969 el Torino volvía a ser noticia, esta vez como una insignia nacional en las recordadas 84 horas Nurburgring, allí donde representó a nuestro país en una competencia de larga duración, o más bien de resistencia.
Las claves del Torino en su historia
Con esa actuación el Torino se ganó literalmente el reconocimiento de todo el pueblo argentino, en la que su actuación no dejó de pasar desapercibida. Durante la década del setenta el producto comenzó a ser más masivo, pero sin perder su encanto, ni tampoco su estirpe deportiva.A fines de 1981 el Torino abandonó las líneas de producción, ya con el rombo de
Renault formando parte de su insignia frontal. Durante 15 años de producción salieron de la planta un total de 99.792 unidades, siendo en la actualidad uno de los modelos más buscados como clásico dentro del mercado local.
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