Verisure continúa su plan de expansión garantizando protección en hogares y negocios los 365 días del año y las 24 horas del día. A tres años de su apertura en el país, ya son más de 40.000 clientes los que eligen este sistema de alarmas de seguridad por los dispositivos de última tecnología y la efectividad del servicio.
El desarrollo tecnológico que propone Verisure es diferencial. Cubre todo el ciclo de vida para asegurar la mejor atención desde el momento de la contratación hasta el momento de activación de una alarma. Asimismo, la atención que se le pone al modelo de negocio es característico. “Somos una compañía internacional que elige apostar e invertir en la Argentina; queremos colaborar con el futuro del país, trayendo oportunidades de empleo y tecnología para contribuir a que sea un país más seguro”, destaca Raúl Sías, CEO de Verisure Argentina.
La tecnología antirrobo que promueve Verisure para resguardarse de la inseguridad es elegida para vivir tranquilos y cuidar lo que más queremos. El portfolio de productos es muy amplio y está a la vanguardia: fotodetectores que se pueden manejar desde el celular o en caso de detectar una intrusión, es posible activar una sirena que genere un efecto de disuasión del intruso tanto dentro como fuera del hogar o vivienda. La cámara detecta si se trata de una persona o un animal y esta foto llega como una alerta para dar aviso. Hay otras opciones que se pueden complementar.
Cómo opera ZeroVisión, el dispositivo que deja “ciegos” a los ladrones
El último dispositivo innovador creado por Verisure es ZeroVision que evita el robo; fue diseñado en los centros propios de desarrollo de la compañía en España y Suecia, donde trabajan más de 650 ingenieros y permite actuar de manera proactiva, inmediata y remota en caso de algún hecho de inseguridad. Al verificar un ingreso no autorizado en el inmueble, los expertos en seguridad de la Central Receptora de Alarmas pueden activar de manera remota ZeroVision, lo que genera al instante una situación de nula visibilidad mediante la expulsión de un humo denso, no tóxico, que impide la visión y fuerza al ladrón a abandonar las instalaciones sin manchar ni dañar muebles o equipos electrónicos del inmueble.