"Ofrecemos una alternativa sostenible a la contaminación generada por los desechos de la vajilla descartable de un solo uso utilizada en las ferias y eventos gastronómicos", explica Guido Martín Ventura.
Con cáscara de papa compactada y aglutinada, los emprendedores desarrollaron una máquina de biovajilla que sirve para procesar los elementos y fabricar platos descartables. El dispositivo funciona a presión y a más de 200 grados de temperatura.
El proceso consiste en tomar un desecho de la industria nacional y reintroducirlo nuevamente en la cadena productiva, como materia prima para elaborar un nuevo producto. “Nuestro centro de producción está en Paternal, provincia de Buenos Aires, y se encuentra cerca de nuestros proveedores de cáscara de papa, logrando así disminuir nuestra huella de carbono en cuanto a logística y traslados”, agrega Paula.
Las cáscaras de papas -para ser utilizadas como materia prima- tienen que estar en buen estado y no haber comenzado su proceso de descomposición. También es clave que no se mezclen con otros residuos orgánicos o inorgánicos.
Oda Biovajilla ya ganó el Premio INNOVAR 2018 y fue uno de los ganadores del Premio Emprendedor X de Banco Santander en la 15 edición de 2019. “Nuestro último reconocimiento es el de HZ Emprende donde obtuvimos el primer puesto este año”, dice orgullosa Paula.
Existen referentes en distintas partes del mundo donde producen vajilla biodegradable hecha a partir de otros materiales como salvado del trigo, hojas de árboles, fibras de caña y bamboo, materiales autóctonos de esas regiones. “Lo que todavía no vimos es vajilla producida con material parecido al nuestro. En Argentina encontramos algunas de estas alternativas importadas pero somos los primeros en diseñar, desarrollar y producir con insumos 100 % locales, este producto”, destaca Paula.
Liviana, sostenible y biodegradable
Una de las ventajas de Oda Biovajilla es que no contiene conservantes ni aditivos plásticos, ni transfiere olores ni sabores a la comida. Una vez que se utiliza se descarta en la tierra y desaparece en cuatro semanas sin dejar rastro.
El plato -por ahora- es apto para contener alimentos sólidos porque no está impermeabilizado. “Si bien resiste sin problemas a la humedad en el tiempo que se tarda en consumir la comida, por ahora no son totalmente aptos para sopas y guisos. Pero estamos trabajando para lograrlo”, aclara Paula. Al ser descartable no está pensada para utilizarse dentro del horno o microondas como medio para calentar o cocinar los alimentos.
Qué pasa en un evento y no vemos
En un evento gastronómico se pueden llegar a tirar alrededor de 300.000 unidades de descartables de un solo uso. “La demanda de descartables para los locales gastronómicos solamente en Buenos Aires es de unos 2 millones de unidades por día, por eso buscamos ser la alternativa posible que pueda comenzar a suplir esta demanda”, señala Paula.
Solo en la ciudad de Buenos Aires existen unos 10.000 bares y restaurantes que por la situación actual deben utilizar descartables y no encuentran una alternativa sustentable. La emprendedora adelanta que proyectan llegar a otros tipos de empresas para dar mayor escalabilidad a la iniciativa. “Una vez finalizada la etapa de producción y desarrollo, nuestra idea es comenzar este año a comercializarlo en el mercado local, nacional y eventualmente exportar”, adelanta. El precio de venta de los platos es de US$ 1 por unidad pero los emprendedores anunciaron que están trabajando para acomodar los costos y bajar en forma sustancial el precio.
Platos hechos con café
Los jóvenes están investigando en una nueva línea de Oda Biovajilla en base a café, ideal para acompañar platos dulces en los eventos gastronómicos. Se trata del desarrollo de platos de borra de café, un descarte muy abundante en el mercado y que puede surgir como una opción más al mundo descartable. “Sería una buena opción para los futuros clientes que se especialicen en la pastelería y los dulces dado que el aroma característico del café puede sumar a una mejor experiencia del cliente”, agrega Guido.