No es fútbol, no es tenis, ni siquiera básquet… deportes que tienen un lugar seguro en el imaginario popular. Los deportes extremos tienen una lógica propia. Y sus deportistas no solo están expuestos a muchos más riesgos físicos que en los deportes más tradicionales, sino que llegar a competencias de esta envergadura es realmente “un sueño” por lo costosas que son económicamente y porque la preparación puede ser muy hostil (por la falta de lugares para hacerlo, y las distancias, claro).
José “Maligno” Torres acaba de erizar la piel de todos los argentinos. A sus 29 años (por lo general un deportista de esta estatura compite hasta los 30), acaba de quedarse con el oro en BMX Freestyle. Hoy los ojos del mundo están puestos en él, pero el camino tienen tantas vueltas, como piruetas está acostumbrado a hacer en el aire.
“Estoy tan feliz, porque siento que hemos aportado nuestro granito de arena ahí”, dice Fernando Miller, un referente del kitesurf y coordinador de Córdoba X en la Agencia Córdoba Deportes. Él es la puerta de entrada para entender de qué vive un deportista como “Maligno”.
Córdoba, corazón del BMX
El parque del Kempes es el único circuito con 11 pistas deportivas para disciplinas extremas de características olímpicas, por eso recibe deportistas de todo el país para entrenar. Una de esas pistas es el “Maligno Park”. “Es la única del país que es Olímpica. Es del año 2017. Ese fue nuestro granito de arena en esta medalla”, señala Miller emocionado.
Maligno pasa allí más de 5 horas diarias entrenando. ¿Quién le paga por eso?
“Es un deporte de mucha visibilidad y eso hace que las marcas tomen contacto. El activo que tienen justamente es que al ser tan vistosos, se convierten en una especie de influencers deportivos. Son deportes muy caros y las marcas que más se apalancan en ellos son de ropa y bebidas energéticas”, nos explica Miller.
No es canje, sino un fee anual por usar esas marcas.
El camino hacia la gloria olímpica
En 2023, Torres se consagró en los prestigiosos X Games en Estados Unidos y obtuvo la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Santiago. Este año, volvió a destacarse en los X Games, finalizando en tercer lugar.
“Estoy viviendo este momento con mucha intensidad,” comentaba Torres en una entrevista concedida al Gobierno de Córdoba. Y después llegó “el sueño del pibe”, entró a las Olimpíadas: “Haber entrado a las Olimpiadas y recientemente lograr una medalla en los X Games es una locura. Me pone muy contento y me siento muy valorado. Es algo a lo que no estaba acostumbrado”.
Ahora que ya estás en este sueño, que ya estás en París, ¿cómo pensás que lo vas a recibir? Ya que estás en tránsito para eso -le consultaron en esa misma entrevista-.
"Lo primero que me puso muy contento fue cuando ya dijeron que estábamos dentro de la Olimpiada era decir, bueno, todo el esfuerzo, todo el trabajo que hicimos, me pone muy feliz porque tengo a mi equipo que quiero que viva eso, incluso más que yo. Por supuesto que yo también, pero bueno, ahora que ya estamos dentro, estamos muy contentos, pero también lo primero que dije fue: ¡Uh, soy atleta olímpico! Eso era algo que hace rato quería decirme, sentirme como un atleta olímpico. Me emociona".
A los “porrazos”
José enfrentó múltiples desafíos, desde lesiones recurrentes hasta la presión constante de rendir en cada competencia. “Cada vez que había un evento importante, no sé qué sucedía que me lesionaba", comparte Torres. “Pasás por el dolor, la frustración, la rabia, la ansiedad, y te exigís muchísimo para tener un buen resultado. Es un proceso mental muy intenso.”
Además de la preparación física y técnica, los riders deben rebuscárselas para ganar dinero que les permita seguir. En junio de 2023, este diario lo entrevistó para consultarle justamente eso. En ese momento nos decía que contaba con el respaldo de algunas marcas como Monster, Cuerdos y Oakley Argentina.
A pesar de las dificultades, la pasión de Torres por el BMX es inquebrantable. Desde sus inicios en las pistas del Parque de las Naciones en Córdoba, demostró un compromiso y una dedicación que lo llevaron a competir y triunfar a nivel internacional.
Antes de saber que era dorado, Maligno decía: “Mi estrategia para estos Juegos es no ir con muchas expectativas. Fue difícil clasificar porque no tenemos el mismo apoyo que las grandes potencias, pero ya estamos adentro y ahora me preparo de la mejor forma. Obviamente voy a buscar una medalla”.