Gustavo Hünicken y sus socios (dueños de locales como La Vaquita en Gauss) fueron quienes recogieron el guante de la mítica franquicia de Caseratto en el Cerro, que cerró a mediados de este año.
Ni lentos ni perezosos, fue la flamante esquina de Tejeda y Esteban Pizarro la elegida para reabrir la franquicia, que demandó US$ 150.000 de inversión, 3 meses de obras para abrir el local que da trabajo a más de 25 personas.
“Surgió que se había caído la franquicia de acá (Núñez y Roque Funes) y se dio la posibilidad para que pudiéramos ingresar como franquiciados”, cuenta Gustavo y agrega: “El proyecto nació hace 6 meses, pero recién hace 3 que pudimos encontrar el local y comenzar las obras”.
Nueva apariencia, los sabores de siempre
El nuevo local fue diseñado por el Estudio Ferrero (quien ya ha hecho trabajos para otros locales de la heladería) y combina una estética vintage mezclada con toques modernos en sus 1.000 m2 que incluyen interiores, el jardín exterior y hasta una terraza.