Lumos… y se hizo la luz

(Por Ivanna Torres Riesco - @ivannatr) Mínimo presenta sus líneas de lámparas de pie y colgantes, todas concebidas desde la simplicidad y pureza característica del minimalismo. 

Campana, las lámparas colgantes de Mínimo.
Niemeyer, florón de acrílico blanco.
Platón, la versión invertida del anterior.
Tripona, blanca o a color, ideal para ambientes simples y elegantes.
Pekín es la alternativa de Platón pero de pié. El trípode con patas de acero marca la diferencia.
Tulipón se posiciona más como velador y ofrece color y claridad con líneas simples y puras.
Finalmente, los veladores icónicos crean la sensación de que la luz flota por sí sola dejando entreves mínimas líneas del reflejo del acrílico con el fondo.

Mínimo es evidencia de que los objetos cotidianos puede ser simples, funcionales y -claro- contar con esa cuota de diseño que muchas veces sacrificamos en favor de la economía y durabilidad.

Las lámparas de pie cuentan con una base fiel a la corriente minimalista: patas de acero en distintos colores (rojo, amarillo, blanco o negro) y cabezas con platos de acrílico blanco y tulipas de polipropileno blanco translúdico.

Las colgantes, en tanto, cuentan con una estructura de acrílico blanco translúcido de 4 mm de espesor y tensores de acero ultrafino de 200 centímetros de longitud.

Finalmente, mínimo cuenta con una línea de veladores de bajo consumo que cuentan con una estructura de acrílico transparente o blanco translucido de 4mm de espesor y tulipas de polipropileno blanco translúcido.

"Mínimo nace con el objetivo de devolverle la simplicidad a los objetos que nos rodean. Inspirados en la luz como fuente de vida, creamos objetos honestos, que respetan la esencia de la luz como protagonista del espacio", nos cuenta Santiago Orionte, socio de Mínimo.

¿Dónde se consiguen los productos? En el showroom de Mínimo (Intendente Mestre 945, 1ro. A), Construluz (Hiper Construcción Rodriguez del Busto), Luminika (Tristan Malbran 4011), Luminotecnia (Achaval rodriguez 220), Iluminar (Esquiu 952) y Maestre (Dean Funes 2600).

Los precios varían desde los $ 655 hasta una lámpara de pie de $ 3.100. .

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En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.