Nada de encajonados

(Por Ivanna Torres Riesco - @ivannatr) La moda del reutilizado está más fuerte que nunca y los cajones de verduras encontraron un nuevo destino: nuestra casa. Mirá cómo utilizarlos, a continuación.

Con cuidado y prolijidad, los cajones bien trabajados pueden incluirse en espacios minimalistas y jugar con las líneas simples.
¿Te imaginabas una mesa así? Además de apoyar podés guardar.
Incluso, si querés una mesa más alta, existe esta posibilidad.
De cajones de frutas a organizadores para el cuarto de los niños.
Casi sin ningún retoque, un excajón se convierte en una excelente maceta.
¿Por qué no una biblioteca hecha enteramente de cajones?
Con sólo unos retoques se puede hacer de un cajón una silla.
Estanterías ideales para organizar espacios e -incluso- dividirlos.
La cucha del perro puede tener estilo con muy poco dinero y mucha imaginación.
Una forma de organizar los espacios de trabajo es ésta.

No es magia, es creatividad. Gracias al auge de reutilizar todo lo que encontramos en nuestro camino encontramos una nueva utilidad a los cajones de verduras que muchas veces las verdulerías descartan.

 Lo que hace especial la decoración del hogar con este tipo de material es que aún respetando su forma se aprecia por el brusco salto en su funcionalidad. Es así como encontramos revisteros, bibliotecas, mesas, aparadores, sillas, macetas, bandejas, cuchas de perros e innumerables objetos que nacen a partir de un simple cajón que alguna vez alojó tomates.

Este tipo de "decoración reciclada" se corresponde con espacios ambientados al estilo Shabby Chic, rústico e incluso vintage. Según expertos en decoración el reciclaje y reutilización de objetos no es sólo una forma estética de ornamentar el hogar sino que se trata de una forma "ambientalmente responsable de vida" como así también un camino inteligente y creativo para ahorrar dinero.

Mirá todas las posibilidade que tenés a la hora de crear con cajones de frutas y verduras en la galería de fotos. 

Alfa Pampa: fabrica más de un millón de alfajores por mes y quiere seguir creciendo (facturación proyectada: $ 4.000 millones en 2026)

En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.