Récord en producción, consumo y comercio internacional. Así recibe el mundo del agro la nueva campaña de invierno de trigo 2021/2022, en un contexto en el que los precios internacionales crecieron 45% en el último año y, se espera que generen un ingreso de divisas al país por u$s 3790 millones, lo que dejará u$s 1250 millones de recaudación fiscal por retenciones.
De acuerdo a las cifras de la Bolsa de Cereales el área sembrada para el cultivo de trigo será de 6,5 millones de hectáreas con un volumen de cosecha de 19 millones de toneladas, mientras que para el cultivo de cebada la superficie se ampliará de 900.000 hectáreas en la última campaña a 1.150.000 hectáreas. Entre el trigo y la cebada se producirán 23,6 millones de toneladas.
Mientras el viento de cola favorable externo hace que todos los productos muestren aumentos muy significativos de precios, el trigo no es la excepción. "En el último año se pasó de los precios más bajos en las últimas siete campañas a los más altos desde el 2012", señaló Agustín Tejeda, gerente de estudios económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el marco de la conferencia "A Todo Trigo 2021" organizada por la Federación de Acopiadores.
La cebada con un aumento del precio del 50% entre marzo de 2020 y el mismo mes de este año ganó mucha competitividad en el sur de la provincia de Buenos Aires.
Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, remarcó que el Estado recaudará por derechos de exportación 1800 millones de dólares más que los previstos, por el aumento de los precios internacionales.
Entre ambos cultivos alcanzarán 7.650.000 hectáreas. "Significa un nuevo récord de área implantada de ambos cultivos de invierno", apuntó el jefe de estimaciones agrícolas de la organización, Esteban Copati.
Con respecto al valor agregado que aporta toda la cadena de trigo y cebada a la economía, se espera que en la próxima campaña sea de 4570 millones de dólares, lo que significaría un 4,3% del Producto Interno Bruto (PBI), lo que también representa un aporte récord.
En cuanto al clima las perspectivas son mejores que las del último año, afectado por la sequía. Durante la etapa reproductiva de los cultivos entre el 15 de julio y el 15 de noviembre, pese a que puede volver a faltar un poco de agua porque "la niña no se quiere ir" en algunas zonas del país, los niveles de humedad serán buenos, según explicó el ingeniero agrónomo Eduardo Sierra.